Y por no terminarte a ti... quiero terminar conmigo.


 Me resigno. Tengo claro que hay que aprender a escoger las batallas. El problema es que no diferencio. Sé, eso sí, que te prefiero, a ganar la guerra. Entonces no importa, si me rindo en medio de la batalla. Si escojo el silencio. Te prefiero a ti antes de tener la razón aunque la tenga y dudo que sea el caso. Tan equivocada que vivo.

Si tengo que aprender a escoger las batallas prefiero enfrentar las internas, batallar contra mí es mi elección. Sin trincheras y con munición que como boomerang que retornan a mí y me aniquilen sin mostrar rastro. Así me pierda de a pocos, me pierdas de a pocos.

No tengo miedo a esconder las armas. Ni al amor, que es asunto de personas fuertes (Y no lo soy, de veras que no), ni a que te aburras de mis ires y venires y que algún día decidas la dirección contraria. Mi temor aquí es que, mientras me permitas vivir contigo, no me permito vivir sin ti. Mi guerra se acaba, pero apenas comienza.

Mi culpa


Así somos. Siempre acechando alrededor en busca de elementos para justificarnos. Y, está bien ¿no? si no actuáramos con propósito tendríamos el pase asegurado al hospital psiquiátrico. Lo malo es cuando el entorno encaja como justificación en acciones que las hacemos porque nuestra maldita regalada gana nos condujo. Pereza, negligencia, irresponsabilidad o lo que sea. Es un verdadero error cuando, en un intento por salvar la conciencia hacemos de las situaciones que nos rodean una partida de tetris. Y encajan, de forma absurda encajan.

Esa necesidad de justificarse y hacerse la víctima es la que genera la cadena de idiotas que no tienen la culpa de sus propias acciones. Entonces somos las víctimas de nuestro entorno. Pero por favor, si solo somos las víctimas de nuestro ego. Y aquí empieza la cadena, donde los demás pagan nuestras deudas.

Pero somos culpables. Somos culpables porque las excusas alcanzan hasta para justificar a los demás. Y pedimos perdón por lo no cometido. Por comodidad o porque no vale la pena. Y los menos dichosos tendrán que soportar que los nosotros, los culpables de verdad, les asignemos nuestros desdenes.

Hice una vez un experimento. Conduje la situación favor de mi interlocutor cuando había un error mutuo de comunicación. Me disculpé, esperando una disculpa de vuelta. Pero no, su pereza mental le impidió ver más allá de a situación presentada. ¿Debo culparme también por no hacer caer a la otra persona en cuenta de aquello?

Lo siento mucho, fue mi culpa.

Pero mi experimento no se quedó ahí. Pensé que pudo haber sido solo esa persona, que poco piensa más allá y de pronto necesita un empujoncito. Entonces me encontré en una situación similar con alguien más. Un hecho, ambos bandos tenían su cuota de culpabilidad. Volteé la situación y ¿Adivinen quién se terminó disculpando?

A lo mejor mi estrategia no sea la mejor, o puede que la pereza mental no permita que mis queridos amigos vean más allá de su enormecido ego aireado, en parte, por mis experimentos sociales. Perdón por eso. Es mi culpa... de nuevo. Y así la vida se me va en la facilidad, solo porque el boleto a culpalandia sale más barato.

Mis dudas crecen, porque no comprendo que nos lleva a actuar así, pero algo me dice que es una adoración al propio ser tan implícita que ni la notamos, por un lado, y por el otro, una fascinación por ver cómo se ensancha el ego el otro para mofarse de tal atrevimiento. Y ambas actitudes tienen su justificación y al final, todos somos igual de patéticos.

Ojalá tuviera la receta del fin a tales padecimientos culturales, pero debo temer que tengo que buscar primero la resolución de los personajes. Y por desgracia no la tengo. Por desgracia, prefiero parecer pasiva ante mis decisiones y que mis patéticas estrategias no lleven a ningún fin mientras me asigno más error del que cometí. No importa. Siempre será mi culpa.

Forever 21




Recurro al tiempo previo para que me regale un resumen ejecutivo de estos 21 años. Si dijese que son los mejor vividos estaría mintiendo, pero se siente tan bien llegar a este punto que agradezco a mi positivismo intermitente y a mi memoria selectiva, regalarme esos momentos bonitos a los cuales me aferro.

Toda una vida, la mía.

Y esta vida mía, que entre constantes y abrumadores cambios me rige, este año tuvo sus dolorosos y gozosos.
Tengo tanto por aprender, todavía.
Qué difícil. Pero sé que desde el último 4/12 todo ha sido para agradecer y crecer.

Entonces aprendí a dejar ir, a volver sin rencores, a disfrutar y luego del orden llegó el desorden y me entregué a la locura mezclada con melancolía, con azar, con pasión. Odie todo, pero amé todo. Pero fue más lo que amé.

Me queda pilotear este año. One minute at time. Happy birthday to me.

Marge Simpson y la historia de la moda por aleXsandro Palombo


Ya que ando un poco desocupada, puedo explorar a sus anchas las esquinas de la World Wide Web. Y entre todas las cosas que he encontrado, me llamó especial atención las ilustraciones hechas por aleXsandro Palombo (que encontré en su blog personal por acá) sobre Marge Simpson en los momentos icónicos y personas influyentes en la historia de la moda de los últimos 200 años. ¿Quién lo iba a creer? La madre, esposa y ama de casa más dedicada mostrada desde su lado más fashionista, todo esto después de ser la sexy portada de noviembre de 2009 de la revista Playboy. Pero hablando de estas ilustraciones, encuentro particularmente interesante, más allá de que sea Marge Simpson quien pose, que se le enseñe a aquellos que no conocen el mundo de la moda, un poco sobre lo que ha sido su historia. La lista de personas a las que Marge reinterpreta va desde Marilyn Monroe hasta Kate Middleton.

A aleXsandro lo sigo hace un tiempo por sus ilustraciones. Es italiano y en su blog Humor Chic habla y dibuja sobre el mundo en general, sobre todo desde la perspectiva del vestuario. Su especialidad es criticar celebridades de la industria como modelos y diseñadores. Se le considera el padre de la sátira de la moda.

Aquí algunas de las ilustraciones, sus fuentes de inspiración originales y la importancia de las fotos o momentos en la historia de la moda:



Marge Simpson como Carmen dell’Orefice en Paris, tomada por Richard Avedon en 1957. Una de sus famosas fotos capturando modelos en movimiento para romper el patrón de las chicas estáticas.
Marge Simpson como Kate Moss en la edición No. 60 de Playboy, tomada por Mert & Marcus. La famosa revista ha logrado colarse en los espacios de la moda, no solo por ser símbolo cultural, sino por lograr fotos artísticas a partir de las pocas vestiduras de sus modelos y la recordación que ha generado. Por eso, llegar a la edición 60 fue tan relevante y más con uno de los rostros más polémicos del presente siglo.



Marge Simpson posando como Dovima con elefantes portando el primer diseño que hiciera Yves Saint Laurent para la casa Dior, Cirque d'Hiver, París, agosto de 1955. Foto por Richard Avedon.
 Marge como Coco Chanel. No encontré mucha información sobre el shot en especial así que he de suponer que el momento en sí no es el que importa sino su modelo. Coco Chanel es el ícono más grande de la moda, les enseñó a las mujeres a usar pantalones y su estilo andrógino inspiró a más de uno.



Marge Simpson como Nastassja Kinski y la serpiente. Tomada el 4 de junio 1981 por Richard Avedon. La fotografía es importante porque llama a la reivindicación con el desnudismo. La foto contiene muchos simbolismos allegados a la religión (el pecado ya no es la serpiente sino la mujer). La fotografía original fue subastada en Christie's el 14 de octubre 2008 por un precio de $74.500 dolares.



Marge Simpson como Virginia Oldoini, Condesa de Castiglione. Según Wikipedia, esta mujer fue una aristócrata italiana, quien ganó fama por ser amante del emperador Napoleon III. AleXandro decidió incluirla en sus ilustraciones porque fue significante figura en los primeros años de la fotografía.



Marge Simpson como Stephanie Seymour tomada por Richard Avedon en 1992. El famoso vestido ceñido y semitransparente fue famoso por la protesta hacia la libertad, mostrando su sexo cubierto de vello púbico.

Marge Simpson como Marilyn Monroe en su famoso vestido blanco de la escena del metro en la película The Seven Year Itch. El quizás más famoso vestido en la historia del cine. De su diseño se encargo William Travilla pero fue Marilyn quien en la pantalla grande se encargara de darle vida y volverlo un ícono de la cultura pop. Como dato curioso, las escenas fueron editadas cautelosamente ya que el vestido se levanta un poco más de la cuenta por lo que las autoridades de la época lo consideraban inapropiado.

Marge Simpson en el vestido diseñado por Yves Saint Laurent en inspirado en Mondrian, 1965. Fue una mezcla que resultó explosiva en todo el buen sentido de la expresión, cuando a YSL se le dio por inspirarse en el estilo del pintor para su colección en aquel año. Mediaticamente tuvo su espacio, no solo por el matrimonio entre arte y moda que dio para un nuevo movimiento de ahí en adelante, sino por el tipo y el corte del vestido y de la entera colección.


Marge Simpson en el vestido de la bandera de UK usado por Geri Halliwell (de las Spice Girls en los BRIT Awards de 1997. Al día siguiente de los premios Geri ocupaba las portadas de cientos de revistas y periódicos alrededor del mundo. El vestido ahora simboliza lo que fueron las Spice Girl en su tiempo de gloria, pero también el llamado Girl Power. Junto al vestido que ya vimos de Marilyn es The Telegraph lo nombró dentro de los 50 vestidos más memorables en la historia.


Marge Simpson en el vestido de Versace que usó Elisabeth Hurley en la premier de Four Weddings and a Funeral. Otro vestido que hizo historia gracias al cubrimiento mediático que tuvo que le dio más reconocimiento a la actriz quien, hasta entonces, solo tenía papeles pequeños. Versace se volvió la marca favorita de las mujeres que se daban el lujo de comprarlos gracias a la libertad sexual que le daba a las mujeres por encima de otras casas de moda que "eliminaba" la sensualidad.


Marge Simpson usando el vestido usado por Kate Middleton en el anuncio de su compromiso diseñado por Issa. Kate Middleton nos recuerda un poco a la princesa Diana. Sencillez, carisma, estilo, gran cubrimiento mediático y un ejemplo a seguir para las mujeres del mundo en muchos sentidos. Y si de la moda hablamos, este vestido de origen brasilero es el primero en un fenómeno creado por la duquesa. Es simple, ella lo usa en público y a las dos horas no queda uno solo. Incluso las tiendas de moda menores y de fast fashion imitan los diseños y estos se agotan al igual que los originales.


Marge Simpson como Madonna en un corset de Jean Paul Gaultier en su tour The Blond Ambtion en 1990. Esta pieza de vestuario fue conocida por toda la hipersexualización alrededor del símbolo de Madonna y toda la imagen que ella quería mostrar. El diseñador francés y la diva han trabajado juntos por más de 30 años, creando piezas memorables y únicas que hacen parte de todo el paquete controversial de Madonna. Gaultier conoce el gusto de Madonna tan a la perfección que han creado juntos todo un fenómeno que unía música y moda más la sed de reinvención de ambos.



Marge Simpson como Audrey Hepburn en el vesido Givenchy usado en la película Breakfast at Tiffany's, 1961. Esta película revolucionó no solo el mundo de la moda, sino el del cine. Causó un fenómeno conocido como product placement donde las marcas aparecen publicitando en una película como forma de patrocinio y sus logos son puestos ahí como parte de la historia o la ambientación. En este caso Tiffany's, la joyería Newyorikina fue la pionera del fenómeno en la película, teniendo una relación perdurable con lo que significa la película. Y si hablamos del vestido negro, fue un diseño de Hubert de Givenchy y ahora es considerado el más icónico del siglo XX y de la historia del cine. Éste vestido catapultó a Hepburn como fashionista, a lo que ella reniega diciendo que no se siente como tal.



Marge Simpson en un traje de Christian Dior, que lo dio a conocer como diseñador llamado 'Bar', Primavera-Verano 1947. Y el diseñador causó revuelo con un estilo de costura para mujer que propone hombros torneados, cintura fina y falda amplia en forma de corola a veinte centímetros del suelo. Representa la elegancia clásica y la vuelta a una imagen femenina, y supuso la recuperación del lujo y el exceso tras la depresión de la Segunda Guerra Mundial.

Marge Simpson como Jacqueline Kennedy en un traje rosado de Chanel el 22 de Noviembre de 1963. Es un traje muy recordado ya que lo usó el día que asesinaron al presidente Kennedy en Dallas Texas. A Jackie se le considera un ícono de la moda de la década de los 60, más memorable que incluso la misma moda impuesta por The Beatles y el vestido manchado de sangre simbolice "el fin de la inocencia" para la historia de Estados Unidos. 




Marge Simpson como Mary Quant en 1960.  Esta diseñadora aquirió fama debido a la invención de la mininifalda. Representó una moda informal para jóvenes y sus modelos se difundieron a gran escala. Su estilo sencillo y colorista, identificado por el símbolo de la margarita, contrastó con la seriedad de la moda imperante.
 Marge Simpson en el vestido de metal de Paco Rabanne, 1969. Paco Rabanne quizo darle un giro a la historia de la moda cuando creó una colección de “12 vestidos imposibles de llevar fabricados en materiales contemporáneos” donde se destacaban vestidos hechos con discos y placas de Rhodoid.
 Marge Simpson como Björk en un vestido adornado como un cisne usado para los Oscars del 25 de marzo del 2001. Diseñado por Marjan Pejoski, es considerado el vestido más icónico usado en una carpeta roja. Fue considerado como un error, criticado por la prensa mediática, se volvió el tema de conversación y finalmente momento histórico para la moda.
Marge Simpson como Diana, princesa de gales en un diseño de Catherine Walker, el 9 de noviembre de 1985. El sueño de todos los plebeyos del mundo estaban puestos en un solo personaje, la princesa Lady Di. Todos querían estar como ella, hablar como ella, ser como ella y vestir como ella. AleXsandro Palombo decidió hacer parte de su colección uno de sus tantos momentos recordados. Este memorable vestido diseñado por quien la vistiese en su principado tuvo su momento en un igual de memorable evento. La princesa de Gales bailando en la casa blanca con John Travolta. Ocurrió en 1985, cuando el presidente Ronald Reagan los invitó a la Casa Blanca como parte de la primera visita oficial de los principes. La mujer moría por conocer a Travolta y delatada por la primera dama, el hombre la llevó a la pista de baile creando un histórico momento en la cultura pop.
 Marge Simpson en un vestido de Thierry Mugler, 1995. Estaba celebrando el diseñador 20 años de su carrera en un show que presentaba su colección otoño-invierno, que tuvo a las top model más famosas con extravagancias bailando, fumando y mostrando el trasero. Fue un evento que se volvió casi mítico debido a la combinación de emociones producidas por la música (el mismísimo James Brown estaba cantando) y un público lleno de personalidades que no pudieron evitar la ovación de pie para el diseñador.


Además de los icónicos momentos (la palabra 'icónico' no la quiero volver a usar en mucho tiempo) y sus icónicos protagonistas (es en serio, no más esa palabra) se unen otros personajes que aportaron a la perduración de los mismos. Como en el caso de Richard Avedon que es, quizás, el fotógrafo más importante para la industria de la moda. Sin embargo éste no es su único trabajo, ha fotografiado los movimientos por los derechos civiles en el sur de Estados Unidos, a los manifestantes contra la guerra de Vietnam y la caída del Muro de Berlín.

Y toda esta compilación de personajes, momentos, vestuarios y sus hacedores, forman parte de la compilación del trabajo de ilustraciones hecho por aleXsandro Palombo, cuyo trabajo tejiendo la historia de la moda qes en realidad, un homenaje al poder femenino arraigado en íconos incluyendo, por supuesto a la musa de este trabajo. Sobre Marge, aleXsandro dice: "Hay una Marge Simpson en todas las mujeres, y con este homenaje me quería encender la magia que hay en cada mujer, la fuerza, la feminidad, la elegancia, el erotismo y la belleza. Cada uno de estos vestidos realmente cambió el curso de la historia del traje, dando una nueva visión de la estética que se ha anticipado a los cambios importantes en nuestra sociedad. No podemos considerar esta ropa como arte, pero la visión estética que emanan ha jugado un papel importante en dar fuerza para el camino de la emancipación de la mujer desde 1900. En muchos casos, es el vestido que ha transformado a una mujer en un icono, pero en muchos otros, es la personalidad de las mujeres que ha iluminado el vestido."

Cascada de pensamientos.



La ansiedad me produce una caldera indescriptible de emociones encontradas, atoradas, alborotadas.
De nuevo, debo escribir para ponerlas en orden.
Por donde empezar...
A ver... soy muy feliz. Tan feliz que soy estúpidamente feliz. Tan estúpidamente feliz que no sé cómo reaccionar.
Pienso todo el tiempo que lo voy a arruinar, lo cuál lo termina arruinando todo siempre.
Irónico.
Mi temor perdura todo el tiempo y todo el tiempo he de suponer que estoy haciendo las cosas mal, lo cuál no debe ser tan así, pero es que... quién me dice lo contrario.
Temo también ver que mis pesadillas se materializan.
Que voy a terminar haciendo cosas que no quiero.
Porque a veces lo hago
A veces...
A veces quisiera decirlo...
Son dos palabras...
Contenidas en la razón que no contiene otras.
Filtros que no funcionan. Como yo quisiera.
Algún día lo voy a terminar diciendo y me dolerá como usualmente, cuando soy desmedidamente sincera.
Pero mientras me halle un poco en la razón no pienso decirlo.
Eso, eso también. Últimamente me callo más de lo usual.
Incluso cuando no quiero callarme o cuando no debo callarme...
Y me siento más lejana de lo usual.
Y me enojo, me entristezco más de lo usual
Me siento más sola.
Necesito. No quiero necesitar.
Quiero hacer más y mejor, pero no hay tiempo, no hay paciencia.
Exceso de lágrimas, no entiendo cómo me quedan tantas lágrimas...
 
La ansiedad controla mi vida. De nuevo.

Poema platónico

Ha de ser estúpido esto pero he de confesar que encuentro particular fascinación a que me dediquen palabras. A duras penas he logrado arrebatar pensamientos a un par de incautos embobados por este encanto, pero, nada descatable, publicable o siquiera recordable. Se les aprecia, eso sí. Pero ya qué, digamos que se puede soñar un poco más y así como lo idealizamos todo en la vida, yo también tengo un poema platónico. De escoger que alguien me compusiera un par de versos (que claro que no, porque eso no se escoge. Lo que hace deliciosamente maravillosa a la literatura); sería lo siguiente:
 

Sí, me doy el derecho de ensancharme en el ego. (Pero solo aquí porque es mi espacio.)

Es que es tan simple como diciente, y ve lo que no muchos. El lado femenino de una contraparte masculina. Y es por eso que lo hace especial, sabiendo que a ellos se les dificulta notar pequeños detalles y aún más, expresarlos. Además es exactamente lo que quisiera escuchar.

(Y tal vez, lo que quisiera ser) 

Esta de Sabines me gusta porque esboza libertad. Clarísima la tiene.

Es muy probable, como con todo lo platónico, que no merezca si quiera considerar que alguien se sienta así con respecto a mí. Por eso no me atrevo a exponer tales caprichos del ego por ahí, temiendo andar más errónea que lo usual. Eso explicaría un poco porqué a mí sí me encanta escribir a diestra y siniestra sobre la gente y sus detalles y sobre la vida y el sol y las estrellas.

Ya qué, nadie me quita lo soñado.

Mis presentaciones favoritas del Live Lounge 2013

BBC Radio 1 tiene un segmento que disfruto de forma particular, el Live Lounge. Artistas usualmente con canciones en los charts son invitados a interpretar dos canciones: una propia y un cover que también sea famoso en listas actuales, ambas de forma acústica. Lo interesante de las adaptaciones es que cada artista le da su toque particular, aunque dicha canción tenga originalmente un estilo muy distinto.

Este año, el segmento cumple 10 años al aire y por ende decidí hacer una lista de las presentaciones que más me han gustado del presente año. En algún momento intenté escogerlas desde el 2003 (que fue cuando inició el segmento) en adelante, pero son más de 300 y por cuestión de tiempo y de disponibilidad, escogí solamente las del 2013.

Se me dificultó, de todas maneras. Es decir, el nivel del programa es superior, así como el de sus artistas. Así que decidí poner mis propios parámetros. La lista a continuación es solamente de covers, por supuesto. Debía conocer previamente las canciones en sus intérpretes originales, para poder "juzgarlas" desde ambas perspectivas. Y por supuesto los live lounge tendrían que haber salido al aire desde enero del 2013. A continuación las que escogí:


10. Miley Cyrus interpretando "Summertime Sadness" de Lana del Rey.

Cuando la muchachita no hace escándalo, saca la lengua o se viste de forma extravagante, canta. A veces canta y hace todo eso, es cierto, pero cuando no, surgen presentaciones como la del Live Lounge, una canción que Lana del rey hizo sublime y Miley Cyrus supo interpretar fielmente. Su voz es preciosa, cosa que no había notado hasta el Live Lounge.



9. Dan Croll interpretando "Roar" de Katy Perry

El uso del piano y el coro a voz múltiple es lo que más me gusta en la canción. Además que cuando suena la guitarra, le agrega matices de country. No había escuchado sobre Dan Croll previamente, pero el chico es un nuevo en el sector comercial de la música, es inglés y tiene un sencillo llamado "From Nowhere" que hace parte de mi playlist predilecto desde que lo escuché. (por aquí el video)



8. Daley interpretando "Do I wanna know?" de Arctic Monkeys

No conocía a este señor hasta que cantó esta de los Monkeys en el Live Lounge. Ahora sé que es británico, canta tan sabroso como negro pero es blanco, tiene un disco de R&B y soul y una canción con Jessie J (Que me encanta. Aquí se puede oír). Con  Do I Wanna Knowse fue hacia el lado indie, en el que, por cierto, los ingleses son expertos; agregando synths y liderando con su voz y no con un instrumento.



7. Olly Murs interpretando "Don't You Worry Child" de Swedish House Mafia

Otro inglés intrépido a la lista. Y de mis favoritos. Siendo un artista pop, atrevió a hacer un acústico liderado por el piano de una canción cúspide de la electrónica y la volvió un R&B, gracias a los coristas.



6. Two Door Cinema Club interpretando "Treasure" de Bruno Mars

La perspectiva que TDCC le da a esta canción es muchísimo más alternativa y menos dance. Me gusta mucho la versatilidad que lograron, haciendo una canción mucho más adaptable a ellos.



5. Thirty Seconds to Mars interpretando "Stay" de Rihanna


La voz rasposa de Jared me sigue gustando mucho, aunque no me guste tanto cuando de interpretar canciones de otros artistas se trata. Y por eso me sorprendieron con Stay, porque la voz de Jared se acopla con el estilo de esta canción y a ésta se les suma Tomo en el piano (que lo hace muy bien, por cierto) y Shannon con una bateria sencilla.



4. You me at Six interpretando "Wake me Up" de Avicii

Estos niños me gustan mucho, a pesar de que salieron en una época del furor de las bandas de rock de niños. Aquí interpretan Wake Me Up de Avicii en la que reemplazan los synths originales por una guitarra semi-acústica. Y no suena nada mal.



3. Justin Timberlake interpretando "Shake You Body (Down to the ground)" de The Jacksons

Justin puede hacer lo que él quiera. Incluso un Live Lounge con público y cantando un clásico de los J5. Y volverla jazz, porque sí, y a partir de eso montar todo un depliegue.





2. Sam Smiths interpretando "When I Was Your Man" de Bruno Mars.

Un acople perfecto, a mi parecer. Una de las mejores voces forjada hacia la cima de los charts cantando algo un poco más melancólico de lo que solemos escucharlo. El hecho de ser uni-instrumental la hace sublime.


1. Queens Of The Stone Ages interpretando "Blurried Lines"

Esa guitarra del intro suena como soundtrack de western y me encanta porque no llega a lo campirano. Todas las intervenciones hechas a una canción tan maltratada por las estaciones de radio y establecimientos, tanto lírica como instrumentalmente, hacen que suene como una canción distinta pero con la convicción de ser la misma. Y sí, a los Queens Of The Stone Age no se les quita la experiencia ni lo bailado.




Cómo

Crisis de media noche y en medio del trabajo más importante.
Crisis.

Cómo es que el ser inmanejable es el sí mismo...
Cómo lidiar con la torpeza de otros... con la propia...
Cómo dejar de ser tan insignificante...
Cómo evitar solicitudes sobre todo, para todo, todo el tiempo...
Cómo liberarse del cuerpo, de las enfermedades, de las emociones...
Cómo huir, si de quien se quiere huir asiste a los escondites más remotos con uno...
Cómo adjudicarse culpas meritorias, cómo dejar de adjudicarse culpas no meritorias...
Cómo saber hasta qué punto seguir, hasta cuál detenerse...
Cómo darle el valor justo al mundo y sus diminutos seres, objetos...
Cómo dejar querer mucho, para empezar a querer bien...
Cómo dejar de sentirse solo, cómo dejar de sentirse...
Cómo evitar no ahogarse con lo no dicho...
Cómo hacer parte de algo, desde el borde, tan solo desde el borde...
Cómo no ser aplastado por el egoísmo
Cómo dejar de existir... pero solo un instante...
Cómo coser las alas ajadas y escapar...
Cómo no escucharse, torturarse, odiarse... cómo callarse, maldita sea, cómo...

Crisis
Maldita crisis.

Toro

Este día que ya pasó junto a la noche que llega no se destacan en buena postura. Últimamente no me faltan días así, pero éste fue el que abasteció el vaso por completo. Y en este caso no por optimista, sino por estúpida. Así reaccioné a mis demonios, con el propio monstruo que engendré y abracé, a punta de miedos, inventos y sentimientos. Y me arrepentí, porque la que vi reflejada en actos fue esa que había dejado atrás hace mucho. En conclusión: El trabajo de años refutado en un par de segundos.

Qué asco.
A veces me cuesta vivir.

Entonces decidí ponerme frente al toro y embestirlo. Porque no puedo dejar que su bovina presencia interfiera con mi pequeña humanidad. En tamaño es más grande y aparenta ser más fuerte, pero en cuestión de peso mental me subestima. Y así, con elegancia y sin miedo, tomé mi capa roja y resumí enfrentarlo. Prosigo. Veo sus ojos tan rojos como mi rabia y tan negros como mis intensiones. Y veo mi reflejo. No por el brillo, sino porque ahí hay una parte de mí. La detesto con toda mi alma. Lo noto, mi primer olé.

No solo soy mi propio toro, sino que soy mi propio público. Con emoción me regalo un aplauso. Sonrío. El primer plazo para enfrentar el problema es ser consciente de él y yo soy consciente de mi toro. Vuelvo al ruedo con ganas de seguir en camino a la victoria. El toro sonríe. Sabe que es parte de mí. Sabe que nunca lo he despojado del todo. Se abre camino con las ventajas.

Ve la oportunidad acorralarme y lo hace. Ahora lo noto y se desvanece mi entusiasmo ¿para qué continuar? Al final soy más sentimientos que carne. Soy un mismo ser con el toro. Pero algo me dice que el toro no es lo que parece. Es que mírenlo, su negro ser inspira cosas más allá de la maldad. Se detiene y me observa. Su pelaje es fuego. Ahora no quiero enfrentarlo, quiero seducirlo, negociar con él. Tomar lo que me conviene y vivir con eso. Tengo que trabajar para que se aleje.

La cosa es que... a este toro no quiero matarlo porque estoy en contra del maltrato animal, que por cierto
me ha impedido patear sapos, envenenar ratas, pisotear venenosas culebras, amedrentar cerdos, acribillar burros. Me ha alcanzado para espantar uno que otro perro, eso sí.

El toro no es solo un problema. A veces me rinde culto y saca lo peor/mejor de mí. Soy la arpía que nunca admití que quería ser gracias al toro. Me zarandeo en medio de burlas maliciosas, comentarios brutalmente sinceros. Le saco mucho provecho a lo que me sirve. Y hago lo que me corresponde, obviamente. Yo no sé si es porque estoy sensible que todo me aturde, o porque soy un ser tan de otro mundo que no soporto a los de este. Pero aventajada que soy, yo disfruto. Ser mala me da un poder especial. Abrazo al toro cuando éste me trae los beneficios del lado oscuro.

Él me recuerda las ventajas de ser de tener corazón de mármol. De querer con límites y no al punto de protagonizar mi propio chickflick. ¿Qué me pasó? Ah, sí. Él me pasó. Ellos me pasaron. Eso me pasó. Pero no tienen la culpa. Yo y esta forma de querer en forma desmedida a la gente. Yo y esta forma de entregarme en cuerpo y alma a mis funciones. El toro sabe cómo alimentarse.
 
El toro y yo nos vemos con cierto entusiasmo. Conocemos ambos la guerra por igual, conocemos el camino.
Sabe que debemos hacer algo para vivir los dos en paz. Sabe que somos ese rico intermedio entre la bondad y la maldad, la autenticidad encarnada, el toro sabe que no quiero invertir más en los minutos equivocados. Que quiero vivir sola o acompañada, pero sobre todo acompañada. Que quiero amar, y quiero amar sin miedo.

Y sabe que lo haré.
Que si no se porta bien, le cortaré las orejas.

Listen to Noel, Annie. Don't look back in anger.

Túnel


¿Quién dijo que la luz al final del túnel es señal de peligro? A veces caminamos en la oscuridad porque así nos corresponde. Y seguimos, no porque tengamos plena conciencia de lo que estamos haciendo, sino porque conocemos que ese es un camino para llegar a un fin. Pero a veces la luz aparece mucho antes de que el camino te conduzca a la perdición total. Incluso a la gloria. La luz aparece para sacarte del túnel. Cuando te rindes o cuando ya no hay más túnel. O cuando no estás en condiciones de seguir por ahí.

Algo así me está sucediendo. Y, once again, Annie aprende de sus errores y de los errores de otros. Y estos últimos duelen porque no es culpa propia. Pero digamos que para rencores no estoy, entonces no es tan malo. La luz al final del túnel puede ser sinónimo de cambiar de túnel. Este principio está siendo extraño, pero ya me habituaré al cambio.Yo confío en que el camino no sea tan largo, ni tan culebrero. Ni tan oscuro.

Dicen que cuando se cierra una puerta, se abre una ventana. Pero yo aprendí que las puertas y ventanas de la vida son entradas a túneles. Unos más oscuros que otros. Y a mi me esperan un par de meses en un túnel oscuro pero con agujeros que iluminen un poco. Ya conozco un poco el camino, y lo mejor; es un camino que me encanta.

Y yo sigo aprendiendo. Me alegra que no todo en la vida sea sabido. Que tengamos que esforzarnose y estrellarse y sobarse el golpe. Me encanta porque para eso vivo. Porque no hay probabilidad de dejar de hacerlo. De lo contrario todo sería aburrido. No habría luz al final de cada túnel. No habría iglesias cristianas, pero tampoco universidades y bibliotecas. ¿Para qué? Ya lo sabríamos todo.

Habrá que recorrer el túnel aunque...
La noche oscura, el túnel negro... y yo que no veo.

Desdúdame



Cansada y agobiada. No sé cómo más describirlo. Agrégale un toque de desilución y una pizca de remordimiento. Y tristeza, el ingrediente que le da el sabor. Ah, sí. Sentimientos que duelan al gusto.
Así me siento cada vez que mis impulsos no conocen prisa. Como si repitiera una receta en la que ya soy experta.

No entiendo porqué mejor no me resguardo en el silencio. Calladita me veo más bonita. Pero mi espíritu de aventurera siempre diciéndome que mi próxima hazaña será diferente y termino por lanzarme al vacío. Y sí, con paracaídas, pero es que jamás caigo donde quiero. Es más, el error es tan común que es como si preparara mi receta mientras desciendo en el paracaídas. No me basta con el desastre que armo, para desear que me sepa a rico. ¿No se acuerda, señorita Annie, lo mala que es en la cocina?

Y no.

Carajo, a veces soy demasiada tinta para esta historia. Mi amnesia temporal es en todos los sentidos y no hay cura para mi miopía del alma. ¡Qué niña más ingenua! Es que así no funciona. Hay que callarse y darle al otro lo que quiere. No mostrarle tanto. ¿Para qué? Al final a nadie le importa como me terminaría importando a mí.

No esperar.
Es lo único que debería y lo que no hago. Hacer todo mal me sale tan bien, que lo consideraría casi un arte. Y como esperar es lo que peor me sale, entonces es en lo que más reincido. Espero y no sé qué espero. Que el mundo cambie y que lo haga por mí. ¡Qué niña más ilusa!

Y como todo se me olvida, probablemente aparezca un escrito de lo feliz que soy en medio de mi dosis de errores usuales. Ahora no. Ahora quiero llorar y quejarme y decepcionarme. Lo que yo necesito es un cambio de conciencia, a ver si algún día cambio de receta.

La respuesta

Esta es la respuesta a una respuesta a una carta que escribí. Una respuesta que se quedó esperando respuesta. Pero no. Las respuestas no son eternas. Un punto final que no quería serlo. Sin embargo creo justo y necesario publicarlo. 


 

Cada vez que leo tus palabras, lagrimeo un poquito. Soy una fuente de sensibilidad que si diera energía podría alumbrar una ciudad mediana. Me encanta que te sorprendas conmigo todavía, incluso cuando la vida nos sorprendió a los dos. A mí me sorprende todo todavía. Me parece todo tan irreal a veces. Me asusta y me emociona.

Ay, ojalá pudiera erradicar justo ahora todo lo que te genera pensamientos negativos. Es que no tienes nada porqué temer. Y sé muy bien que yo tampoco. ¿Por qué tememos? Par de imbéciles.

Respecto a todo, no tengo porqué exigirte nada. ¿Quién diablos me creo? Ya he exigido mucho. Ya has cambiado un mundo por mí y eso no lo hiciste por nadie. Ni siquiera te pido que me quieras como yo, así, salvaje e impulsivamente. Desde todos los ángulos, completamente. Es que tan orgullosa soy que ni cariño mendigo a pesar de que me muera por ello. Y no me importa apostar tanto que puedo perder, porque la vaina de ser miope, es que hasta el alma se vuelve un poco miope y la gente así sufre de avaricia emocional que es la más jodida de las tragedias porque se quiere querer sin reserva sin importarle las pérdidas. Así que déjame quererte todo lo que te quiero y más. Y mejor.

Ah... quieres entenderme. ¿Quién me entiende? No sé hasta que punto puedas afrontar tal reto. Es que de pensarlo me dan ganas de volverme predecible y mostrarme poco profunda. Así somos las lunáticas, inentendibles. Pero se te agradece el esfuerzo. Síguete sorprendiendo y sígueme descubriendo. Es que tengo tanto por mostrarte.

Eso, sigámonos echando la culpa, tú tienes la culpa de generar tantas dudas en mi vida y yo de buscarle defectos a lo que no lo tiene. Aunque, por otro lado, me alegra tener la culpa de esta cantidad de atribuciones que me haces. Te advierto que puedo llegar a ser un mal deliciosamente perjudicial.

Yo también espero mejorarme y mejorar, de paso (especialmente mi sensibilidad crónica, que a veces se me hace más inmanejable que el mismísimo estrés, como justo ahora). Y espero que tengas tiempo y vengas a mis planes a hacer nada, porque de mi vida ya haces parte.

Te quiero completamente.

Tú.

-¿Sabes una cosa? Creo que te quiero bastante más de lo que creía.
-Y eso ¿modifica tus planes?
-No. Simplemente los hace más difíciles.


-Mario Benedetti (Gracias por el fuego) 



He intentado escribir sobre ti un par de veces. Nunca me había resultado tan difícil poderle traducir a mis manos todo lo que implica para mis demás sentidos, alguien así. Es que contigo me sobran y me faltan las palabras. Todo al tiempo. Pero hoy, un día cualquiera en que tengo alborotados los niveles de feniletilamina, de dopamina, de adrenalina y quién sabe de qué otra sustancia más en mi organismo, quiero intentar hilar esta maraña de pensamientos entrecruzados.

No comprendo. Me pregunto cuándo fue el momento exacto en que esto se nos convirtió en armónico y pendular. En ironías, en pensamientos encontrados en el mismo punto. En ver el reloj a la misma hora. En volver más extraño lo que ya era bastante extraño. Y entonces cambiarle el nombre a esta historia.

Aún me pregunto cómo es que te convertiste en todo lo que yo quería de alguien que no lo esperaba. Había oído esta clase de historias, pero nunca se me cruzó por la mente que la más escéptica de todas tuviera que verse a sí misma tragándose palabras y yendo en contra del mundo por quien menos pensaba. Y aquí estamos, compartiendo estrellas del firmamento y besos y colores.

A veces me cuesta creerle a la realidad, pero es que todo es tan bonito que no me atrevería a contradecirla tampoco. Si no tuviera un poco de realidad este mar de irrealidad pensaría que te inventé para mí con todo y defectos adorables. Pero eres muy real y estás aquí.

Y ya que estás aquí te doy las gracias por llegar, por estar, por ser y por permanecer, por cambiar un mundo entero para mí, por arrancarme sonrisas donde no existían y por hacerme querer ser mejor cada día. Por ser mi amigo incondicional. Mi deseo favorito a las 11:11. Mi guía, mi ayuda, mi consejero. No cambiaría nada de mi pasado con tal de que no cambiara lo que estoy viviendo contigo.

No te pido mucho, solo que te quedes un rato y a veces, que me sonrías y me hagas reír y que me permitas inspirarme. Es que tengo para ti tengo toda una galaxia de palabras, que tal vez vayan encontrándose en constelaciones.

Te quiero completamente.

Quiero ser un lagarto

Probablemente esto suene bastante ambiguo y no quiero hablar abiertamente del asunto como ocurre con la mayoría de hechos en mi vida pero supongo que necesito hacerme a mí misma algunos recordatorios. ¿Qué puedo decir? Que estoy agradecida. No sé realmente con qué; el azar, la vida, el destino, Dios, o como se llame. No soy una persona espiritual pero creo en las energías. Creo en que la mente es la fuerza más poderosa. Por eso soy tan positiva. Pero básicamente estoy agradecida por los aprendizajes sobretodo, porque si bien, nada es perfecto y nada será perfecto; tengo la suficiente capacidad para ver las situaciones como ventajas. Estoy agradecida por quien soy. Porque quiero aprender siempre y porque cada día logro adquir algo nuevo para mi vida. Así que situaciones como la de hoy, o como cada una de las eventualidades que he vivido este particular año y especialmente esas que se unen en cadena me han hecho ver que ese lado oscuro no solo le sucede a personas lejanas, me pueden suceder a mí y me pueden dejar grandes ventajas. No me ha correspondido el mejor de los caminos, pero con solo ver atrás y pensar en todo lo que he sido capaz de afrontar me hace recapacitar bastante al respecto. Aunque sí, me pone triste de solo considerar tal realidad, lo confieso. Y últimamente divago mucho al respecto. Y sé que no debo hacerlo.

Pero prometo, así sea por mí misma y a mi masterplan mental, que no me voy a dejar caer por tales consideraciones absurdas. No sé si aferrarse al futuro sea malo o aferrarse a sí mismo sea egoísta, pero encuentro esto una gran forma de motivación. Mi entorno es solo circunstancial y yo puedo hacer parte de él lo mejor que pueda. Y bueno, el entorno necesita más personas positivas. De hecho, hoy pensaba que la gran ventaja de ser animal es que ellos actúan por instinto, nosotros somos unas bestias emocionales. Los mamíferos son un error de la evolución así como las cordales. Los mamíferos y sus emociones. Yo sería un feliz lagarto. Yo quisiera ser un lagarto. Pero como ya dije, esto del entorno no me hizo lagarto. Tim Gunn, mi mentor de vida y su “Make it work!” me han hecho creerme el cuento de que realmente puedo lidiar con no ser lagarto, puedo lidiar contra mis estúpidos complejos, puedo lidiar con el entorno, puedo lidiar con situaciones como las de hoy que recuerdo y me duele ahí donde antes quedaba el alma (hasta que me enteré que el alma no existe. Rodolfo Llinás dice que tal cosa que llamamos “alma” es solo una función cerebral. Y yo le creo porque es la persona más inteligente que conozco). Esa es la forma en que lo veo, que no es ni resignarse ni aceptarlo, es saber afrontarlo y salir invicto de todo. Y por eso lo escribo aquí y eso me hace bastante feliz.
(Y este también es un recordatorio para mí: )

Despicable Me 2 - Soundtrack

Llego de ver Despicable Me 2. A pesar del mediocre 3D y de las justificaciones reforzadas de algunas acciones, no hay que olvidar que finalmente, ésta es una película para niños. Pero personalmente logró entretenerme. Los gags fueron logrados de tal manera que no importa la edad, todo el mundo tiene que reirse con ellos. Los Minions se robaron el show haciendo de su aparición algo más que un complemento a la historia.

Pero no quiero hablar de la película en sí, realmente, ni de Gru, ni de sus hijas o su historia de amor. Tampoco me voy a indignar con el subetxto de vacíos existenciales (Oh, Hollywood, tú y tus inyecciones mentales sobre la idea de no poder vivir sin amor. Ok). No. Quiero hablar de un elemento que es parte importante de la película, el soundtrack.

Desde que supe que Pharrell Williams produciría el soundtrack junto a Heitor Pereira me generé muchas expectativas en cuanto a a música. Habían ya ambos producido diseño sonoro y soundtrack en el primer filme logrando un exitoso producto así que esperaba lo mejor de Pharrell y Heitor en esta entrega. Y lo lograron, haciendo que incluso superara las expectativas que tenía. Este soundtrack estaba a la venta en iTunes desde el pasado 18 de junio pero decidí esperar para escucharlo hasta hoy luego de ver la película.

 

En general, la banda sonora esta bastante influenciada por sonidos de soul, R&B y algo de blues. Muy razonable viniendo de Pharrell y contando con colaboraciones como la de Cee Lo Green. Mi gran favorita se titula 'Happy' y es interpretada por el mismo Williams. El título lo dice todo. La canción es un soul pegajoso con tintes cincuenteros y coros femeninos llenos de soul. Recuerdo que la canción suena en el momento en que Gru se da cuenta que está enamorado. Pharraell dice que compuso esta canción en un momento en que "él mismo entendía a Gru, cuando te levantas en la mañana y todo parece hacer click" (La entrevista al final de este post". Otras canciones inéditas de Pharrel para el soundtrack son 'Fun Fun Fun' y 'Just A Cloud Away' (Que suena cuando Margo ve a Antonio por primera vez en el centro comercial), ambas con el mismo tinte de las primeras.

Quizás la que más esperaba era la de los créditos, que fue precisamente la canción interpretada por Cee Lo, 'Scream'. La voz de Cee Lo Green es inigualable y supe que era él en cuanto empezó a sonar. La canción compuesta por Pharrael cuenta con back up choral masculinos muy característicos de él, vientos dominantes, un bajo que lidera la alegre melodía, un ligero toque de synths y por supuesto la infaltable percusión constante.

Pero en el diseño sonoro no se olvidaron del real villano de la película, El Macho. En una primera instancia aparece en su restaurate haciendo un brillante performance muy mexicano de Cielito Lindo y más adelante brinda una fiesta en honor al Cinco de Mayo, ambientada con música de Pitbull, a propósito del sentimiento latino, pero también suena 'Jamming' de Bob Marley y 'When Them Girls At' de David Guetta con Nicki Minaj y Flo Rida.

Como ya lo mencioné, Los Minions se robaron el show y a nivel musical también tuvieron su espacio. Sus desafinadas voces y fonemas inentendibles se incluyeron en el soundtrack con canciones como 'Another Irish Drinking Song' y 'Y.M.C.A' (bastante vendidas en iTunes, por cierto. Ser minion parece ser buen negocio). Canciones de las que se encargó Pereira, así como de las interpretaciones hechas mayormente por los personajes del universo de la película.

Y por supuesto, el diseño sonoro no estaría completo sin las voces que acompañan a los personajes, entre los que hacen parte Steve Carell, Miranda Cosgrove, Dana Gaier, Moises Arias, Elsie Kate Fisher, Kristen Wiig, Russell Brand, Steve Coogan, Bailey Gambertoglio y Georgia Cook (Aunque yo la vi en una traducción a español mexicano latino que no me defraudó).

Pero mientras el cine de animación se adueña de las salas de cine este verano, con Despicable Me 2 y Monsters University (siendo las más destacables de la época) Pharrell Williams es el dueño de los charts. Nadie lo sacaba de los primeros lugares en compañía de los Daft Punk con 'Get Lucky' hasta que él mismo puso 'Blurried Lines' en los listados, canción de su buen amigo Robin Thickle (Quien a propósito incluyó una de sus canciones en el soundtrack de Despicable Me, la primera). Al hombre le desborda el entuciasmo así que cierro con lo que él mismo dice sobre el soundtrack:


Monsters University


Monsters Univesity es de esas continuaciones a las historias inconclusas de nuestra infancia. Al igual que Toy Story 3, nos llegó en el momento preciso, cuando nuestras etapas en la vida se reflejan en los protagonistas. Creamos así enlaces con las películas que hacen que no sean simples historias, son un sello y parte de nuestras vidas.

La precuela de Monsters Inc. nos cuenta la historia de cómo Mike y Sulley se conocen en la universidad. Nos muestra la mejor vida en el campus típico americano, donde es importante hacer parte de un grupo. Es una invitación a la autorreflexión, razonar sobre nuestros ideales y nuestros sueños; con una conclusión bastante desmotivadora, así seamos los mejores en algo, no quiere decir que hayamos nacido para eso.

Mientras Sulley es un estudiante mediocre pero tiene un talento para asustar natural que viene de familia, Mike se esfuerza cada día por ser el mejor asustador. Con el recorrido de la película ambos personajes tienen que enfrentarse a distintos obstáculos para lograr sus sueños: son víctimas del bullying, de una expulsión, pero sobretodo de sí mismos. Especialmente Mike que, por llegar a ser el mejor asustador no se da cuenta que esa no es su verdadera vocación.

¿Cómo le decimos a una generación en formación que no importa todo lo que hagas, si no es lo tuyo no sirves? Arriesgado. Bastante. Ahora, cómo le das a mi generación, una generación influenciada por esa ilusión infundida por el mismo Disney, tal mensaje. Cómo me van a salir con esas a mí. A mis amigos. Me enseñaron a luchar por mis sueños, a hacer algo por ser mejor cada día. A no dejarme vencer de los obstáculos, del bullying de la vida. Me creí el cuento. Soy Mike Wazowski. Vi gente que no se rindió hasta llegar a donde siempre quisieron. Los vi, soñé como ellos. Y ahora, en la mitad del camino hacia lograr ese ALGO, en la universidad, me dicen que no, que si no sirvo intente otra cosa. Que me conforme, que sea feliz con lo que logre así no sea lo que siempre quise.

¿No estamos educando encontes mediocres, personas llenas de miedo en un mundo donde nos invade el propio miedo? Nos gobierna el miedo. Nuestra religión es el miedo. Ten miedo porque no importa lo que hagas vas a fracasar, entonces haz otra cosa. Para eso es el miedo. Está bien, puede que nos estamos comiendo el cuento de que lo que queramos lo vamos a lograr. Puede que seamos excesivamente positivos y lo único que busquen historias, como la de Monsters University es hacernos pisar la tierra y decirnos que busquemos otra cosa pero ¿No es el ideal de la vida eso de darnos golpes pero seguir luchando? ¿Y quién nos dice que lo que queremos no es realmente para nosotros?

Y todas esas preguntas me deja Monsters University. Y la lección, no creas en todo lo que te dice Disney. Desde aquellas  veces en que nos aseguran que íbamos a conocer a nuestro príncipe azul, hasta ésta, en que nos augura un posible fracaso. Ambas son iguales de peligrosas. Ahora, me rehuso a pensar que estoy luchando por algo que no es realmente lo mío. Me ofende. Y sí, puede que me esté equivocando y que le pueda dar la razón a Monsters University en unos 10 años. Pero por ahora no es el caso.

Sin embargo la película me gustó. Más allá del mensaje desmotivador, la historia está bien contada, tanto niños como adultos la disfrutan igual. Me cambió el sabor amargo que había dejado 'Brave', la anterior decepción entrega de Pixar. Y visualmente no nos podemos quejar. Son Pixar, todo está diseñado de forma microscópica de tal manera que en los espectadores se creen sensaciones sinestésicas entre lo que ocurre y lo que podemos ver y escuchar. El diseño sonoro es impecable, muy importante que los personajes que venían de Monsters Inc. tengan sus voces originales. Randy Newman otra vez en la batuta de la musicalización, después de su Oscar por If I Didn’t Have You de Monsters Inc. Los efectos visuales, mi parte favorita. Las texturas, era como si pudiéramos pasar nuestra mano por el pelaje de Sulley, por ejemplo. Por todo esto, la película vale la pena. Es una hermosa nostalgia transmitida a los 11 años que tardó Disney en contarnos esa parte de la historia. Al final la espera valió la pena, haciéndonos sentir un poco más viejos y sobretodo un poco más confundidos.

BE de Beady Eye - Personal review


Es imposible no comparar. Yo entiendo que para los críticos es difícil que Oasis, Beady Eye y Noel Gallagher High Flying Birds sean cosas muy distintas. Que es muy distinto que Liam Gallagher critique a otro artista y que sea detestado por eso a que compone canciones, hace un disco y sea amado por un grupo. Love and hate. Es imposible. Pero el 28 de agosto del 2008, en París la banda británica más poderosa del llamado 'britpop' dividió caminos por mérito de las personalidades turbulentas de sus dos miembros más representativos, los hermanos Gallagher. Liam junto a sus compañeros de banda Gem Archer, Andy Bell y Chris Sharrock se convirtieron en Beady Eye en el 2011. Lanzaron Different Gear, Still Speeding. Noel, por su lado, tomó las riendas de su carrera y como solista creo a Noel Gallagher High Flying Birds, lanzando disco homónimo unos meses después. Pero todos sabíamos que Beady Eye no era Oasis. Ni siquiera Liam era Oasis. Oasis había quedado atrás.

Si hay algo que los Gallagher sepan hacer mejor que armar trifulca es hacer música. Y que lo diga Liam, quien no discrimina para dar opiniones sobre colegas. Las víctimas van desde Robbie Williams hasta Daft Punk, pero no te preocupes querido Liam, aquí no venimos a burlarnos de tus imprudencias sino a comentar sobre tu música. Igual, todos llevamos una Amanda Bynes interna.

BE es el más reciente álbum de estudio de Beady Eye lanzado el 10 de junio de 2013. Ya el público tenía oídos abiertos desde abril, cuando la banda nos dio a probar del trabajo lanzando Flick The Finger, la canción que, además, abre el disco. Y desde entonces la crítica no se hizo esperar con comentarios, especialmente negativos (Y sin criterio alguno, a mi parecer). Por esto, después de escuchar el disco bastantes veces, he decidido escribir mi propia opinión.

¿Qué puedo decir? El disco me gusta. Ese sonido de mediados de los sesentas medio ácido con mezclas setenteras muy británicas, hacen una mezcla diferente de lo que estamos acostumbrados a oir de Beady Eye. Liam se atrevió a dejar que distintos instrumentos a los usados previamente fueran protagonistas con el recorrido del disco como las trompetas, por ejemplo; haciendo un experimento compuesto de todo un despliegue de sonidos. Andy Bell demostró un aporte certero en canciones como Face The Crowd (que, consideraría yo, la más 'britpop' del dico), Soon Come Tomorrow y I'm Just Saying de las que se apoderan los riffs de guitarra que le ponen la firma de Andy. Oh, y las guitarras del resto del álbum son bastante poderosas así sean acústicas como en Ballroom Figured, una balada sencilla, bonita, que no necesitó de ningún otro instrumento. El sonido de los synths es el gran protagonista agregándole el aire psicodélico que hace de BE un viaje, con el toque indie de la mano del productor Dave Sitek. La percusión suena constante y fuerte agregando incluso matices africanos como parte del experimento. Me sorprendí bastante líricamente ya que éste no es el fuerte de Liam, pero me sorprendí de forma positiva escuchando cómo nos traían de vuelta a los años 60, entonces nos invitan a vivir la vida, a atrevernos, a no tener miedo.

Claro, no podemos negar que hay influencia de The Beatles que es muy recurrida por Gallagher desde la época de Oasis. Pero, por favor, negar a The Beatles es como negar a la mamá. Sin duda BE es un disco inteligente, fuerte, arriesgado. Algunas canciones se alejan del sonido característico de Oasis como Love Soul y Flick The Finger (aunque pueda parecer una versión psicodélica de I'm Outta Time por la voz de Kayvan Novak recitando un fragmento del Street Fighting Years: An Autobiography of the Sixties escrito por Jean-Paul Marat). De Different Gear, Still Speeding a BE hay un avismo muy grande.

Quizás lo más criticado por los diferentes medios fue la portada, que muestra a una mujer desnuda reposando en una sábana blanca y exponiendo totalmente uno de sus senos No es mi portada favorita pero diría que es el complemento perfecto para la mezcla de sonidos de épocas pasadas que evoca BE, Different Gear Still Speeding contaba con una portada mucho más creativa, una niña a las riendas de un cocodrilo. Pero quizás la niña creció, se despojó de sus vestiduras y de forma simbólica Beady Eye lo hizo también. Liam se liberó de esos prejuicios que tanto criticaba Noel cuando le sugería que intentaran hacer cosas distintas. Pero eso quedó atrás.

Dice el review de la NME, de esos pocos con los que concuerdo, que Liam nació para liderar. Y a los golpes ha aprendido a saber llevar las riendas de su vida y de su música, ha perdido el miedo y se arriesga. Y le funciona. Sin importar los prejuicios que generan sus comentarios y el reflejo de estos en las críticas de quienes se creen con autoridad para juzgar, a nosotros, los que nos sentimos identificados con Liam, con Noel y con Oasis desde siempre; BE nos dice que jamás nos dejaremos de sorprender, por más que sea imposible no comparar. Pero nos queda claro, Oasis NO es Beady Eye.

BE!

Mi no de hoy



Suele ser tan impredecible que no podría ponerle establecimientos definitivos a nuestra extraña relación. Con una buena excusa siempre vuelve a mí. Pero es que la que manda aquí soy y yo y resulta que no siempre quiero verlo. Y menos, cuando no me lo espero. Doy un no rotundo, que no es refutado en ningún sentido. ¿De cuántos besos me estaré perdiendo? No estoy segura. Pero no es día de recibir mi dosis.

Insisto en que no lo extraño. Él mismo se encargó de desaparecer su propio encanto y yo, que de desencantos vivo y de algún desencanto me he de morir, suelo apreciarlo de otra forma. Confieso que me gustan más los enemigos que me puedo llevar a la cama, que esos que no se pueden atrapar entre las sábanas.

Ay, loco de mierda que no sé hasta donde me deje llevar. Pero no me pienso preocupar por eso. Es usted esa clase de comodín que escojo si quiero tomar. Y hoy definitivamente no lo quiero, aunque nadie habló de mañana. Pero como hablamos de hoy diré: Decir que no es otra forma de venganza.

Pero ya que vuelve, si es que se fue, o a lo mejor no me di cuenta que se había quedado y solo necesitaba vacaciones de mi piel pues, dejemos que el juego siga. Pongamos las ganas, disfracémonos de interés. Lo mío últimamente es dejarme llevar...