Cascada de pensamientos.



La ansiedad me produce una caldera indescriptible de emociones encontradas, atoradas, alborotadas.
De nuevo, debo escribir para ponerlas en orden.
Por donde empezar...
A ver... soy muy feliz. Tan feliz que soy estúpidamente feliz. Tan estúpidamente feliz que no sé cómo reaccionar.
Pienso todo el tiempo que lo voy a arruinar, lo cuál lo termina arruinando todo siempre.
Irónico.
Mi temor perdura todo el tiempo y todo el tiempo he de suponer que estoy haciendo las cosas mal, lo cuál no debe ser tan así, pero es que... quién me dice lo contrario.
Temo también ver que mis pesadillas se materializan.
Que voy a terminar haciendo cosas que no quiero.
Porque a veces lo hago
A veces...
A veces quisiera decirlo...
Son dos palabras...
Contenidas en la razón que no contiene otras.
Filtros que no funcionan. Como yo quisiera.
Algún día lo voy a terminar diciendo y me dolerá como usualmente, cuando soy desmedidamente sincera.
Pero mientras me halle un poco en la razón no pienso decirlo.
Eso, eso también. Últimamente me callo más de lo usual.
Incluso cuando no quiero callarme o cuando no debo callarme...
Y me siento más lejana de lo usual.
Y me enojo, me entristezco más de lo usual
Me siento más sola.
Necesito. No quiero necesitar.
Quiero hacer más y mejor, pero no hay tiempo, no hay paciencia.
Exceso de lágrimas, no entiendo cómo me quedan tantas lágrimas...
 
La ansiedad controla mi vida. De nuevo.

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