Puede que en parte la idea de volver esté en mis manos. Hoy te dije que "no tengo nada que hacer aquí". Pero ¿Sabes? Si tú me lo pidieras yo volvería. Y como eso no va a pasar...

I'll be back

Siempre pensé que una cosa así no me podría pasar a mí que eran cosas que sólo les ocurría a otros, que eran otros los que tenían que vivir estas cosas. No saben lo que cambia la perspectiva de la vida y de lo que uno ve al sufrir una enfermedad que puede ser riesgosa o no, que te trae consecuencias de muchas formas, que te baja el rendimiento, que te cambia el estado de ánimo de la nada. Es muy difícil por un lado no atenerte a que te puedes morir, a que puedes quedar cuadrapléjico o ciego y por el otro a que tienes una esperanza de no dejar secuelas mayores, que aunque tengas que vivir con las menores, esas las sobrellevas, que tendrás una vida feliz.

Tengo mucho que agradecer, a muchas personas a quién agradecerles. Creo que es muy difícil escribirles a cada uno. Simplemente doy gracias por estar en este momento conmigo, gracias porque me ayudaron a sobrellevar una enfermedad que se manifestó desde hace mucho tiempo, pero sólo desde junio tengo claro qué es. Gracias por entender, por caminar conmigo en un camino tan difícil. Me voy. Sí, pero me llevo un pedacito de cada uno de ustedes. Valen tanto que le agradezco a la vida que me haya cruzado a gente tan maravillosa. Gente que a veces uno no sabe cómo es que se lo aguantan, pero ahí siguen.

La verdad tengo las palabras agotadas. Me puede más esta combinación de sentimientos que todo lo que tengo por decir. Volveré a escribir por aquí algún día. Por ahora la vida me pide un stop a las cosas que amo, incluída esta. Gracias de nuevo.

No alimentar los miedos



Ese miedo que se crea de una causa sin causa, que va más allá de todo. Miedo que es irracional, que no se sabe de dónde sale pero se sabe que está ahí. O tal vez es ese miedo que se produce al estar con alguien cuya existencia hace recordar que no se puede vivir sin amor.

Las calles parecen un sueño color pesadilla

Caminar por Bogotá no me hace sentir lo de antes
Subir las colinas de Chapinero Alto sólo me cansan, como si esa fuera la intención
Ya no me dan ganas de sentarme a leer en el parque de la 93
O de ir a tomar fotos a Usaquén los domingos.
Los paseos por La Soledad le hace honor a su nombre...
Las fiestas en la 85 ya no me llaman...
Las tardes en la librería-café me amargan...
La Candelaria ahora me parece más fea, llena de tanta gente, tantos corazones perdidos 
Y ni decir de Monserrate, frío y aprisionante Monserrate
El parque Simón Bolivar ya es demasiado lejos, demasiado grande, demasiado lleno de recuerdos
Y Colpatria, donde he divisado toda la ciudad, donde siento que me duele.
Siento como hemos dejado de ser juntas, mi ciudad y yo.
Cada rincón de ella me trae a un momento, me trae melancolía y ganas de huir
Los semáforos en rojo son monumentos hieráticos a todas las ausencias en mi vida
Tal vez sea por eso que debo pedirle un tiempo.
Un par de años fuera de aquí me harían una gran diferencia
Podría alejarme y así extrañarla como lo hice por tantos años...
¿Qué nos pasó? ¿Qué me pasó?
Creo que todos cambian, la ciudad cambia y yo no soy la excepción
No me siento la misma. Huí de mí y ahora tengo que buscarme en otra parte
Bogotá me dio muchas cosas pero me quitó otras
Y no dejo de ser la niña chiquita que ha huido de sus miedos desde siempre
Y tengo miedo de seguir perdiendo. Tengo miedo.
Aquí firmo mi sentencia, me voy Bogotá. Me voy por un tiempo.
Nunca dejaré de amarte.


No importa

Yo me encontré a mí misma en tu mirada... nunca me pregunté ¿Qué encontraste tú en la mía?
No importa, ya me voy. Siempre se dice tanto, pero es mucho más lo que queda por decir...
Si el silencio es respuesta la tomo y me la llevo conmigo. Te deseo lo mejor.
Que la felicidad se pose en tu alma...
Sueña lejos, en grande... Sueña mucho... Y que uno de esos sueños, sea para mí...
Estas palabras que nacen del fracaso, son solo un abrigo al frío existencial, así que no te preocupes por mí...
A veces me gusta ser tan blanca, casi que de cristal, que se vean mis sentimientos, que no quede oculto nada, de cristal irrompible, hasta el corazón...
Pobresito corazón ¿No supiste qué decir ante tal declaración?
Lo dejaste hablar a él, al silencio, un silencio que grita más que cualquier palabra, un silencio que pesa, que dice que no le importa...
Si no te importa por quien soy o por quien nunca fui...
Y ahora que me voy te digo, que hay caminos que hay que tomar solo, que a veces se requiere de tiempo con sí mismo y nadie más, porque en realidad no hay mejor médico del alma que el alma misma...
Te dejo el cielo, porque siempre será quien nos una y que las estrellas te susurren todo esto que te escribo...


La despedida



Últimamente me siento muy conectada con 'La Despedida' de Fito Páez. Esa nostálgia, el mensaje, éste momento de mi vida, el piano, Fito, tan perfecta. Cada vez que la escucho no puedo evitar sentir tantas cosas... Agh, la vida sería más fácil si pudiese dejar de sentir tanto... A pesar de que la canción tenga un sentido diferente al que le doy, yo la ajusto a mi manera. Me adueño de la canción.

En medio de ésta despedida, debo tener la mente en alto, tengo que dejar los miedos y poder decir adiós en un momento en el que tengo unidas las ganas de aferrarme a mi vida, con las ganas de huir de aquí, de no estar. De no ser. A veces me cuesta creer que ésto me esté ocurriendo a mí, sí, aún me cuesta. Es que la vida es tan frágil que te vas cuando nadie lo espera, y entonces mi mundo se derrumba. Aunque pensar un poco más allá me lleva a enfrentarlo. Ocurre la mayor parte del tiempo, la vida me pide que sonría y no me niego a hacerlo. Ha sido duro luchar contra la indiferencia del mundo, los días que aplastan y estos arranques incontrolables de neurosis, producto de la enfermedad. Pero así han pasado los días, rodeada de sentimientos, emociones, altibajos, de amigos, música, amor y letras...

Y Fito me regala esta canción. Me dice que le huya a las cosas que no puedo manejar. Y que aunque sepa amargo el licor de las cosas queridas tengo que aprender a ser fuerte, por todo eso que quiero. Ahh, Fito. A veces pienso más de lo que debiese. Me cuesta dejar de hacerlo. Saber que hice ciertas cosas, pero que me faltaron por hacer tantas, sentir que desaproveché un montón de tiempo y que tal vez no vuelva... Aunque pensándolo bien esto no es impedimento. Fito me diría que tengo que volver a luchar por lo que quiero, que hay muchas cosas que me esperan, una vida entera. Algo que me reconforta...


 "Tengo que correr... tienes que correr a toda velocidad"

Adiós...



Con el pasar de los días el corazón se me acelera más. Aún me cuesta aceptar que todo esto esté ocurriendo. pero a veces lo entiendo tan perfectamente que me puedo derrumbar el mundo en un par de minutos. A veces lo enfrento. Es tan sencillo como que la vida me pida que le sonría y no me niego a hacerlo. Y así han pasado los días, rodeada de sentimientos, emociones, altibajos, de amigos, música, amor y letras...

A veces pienso más de lo que debiese. Me cuesta dejar de hacerlo. Saber que hice ciertas cosas, pero que me faltaron por hacer tantas, sentir que desaproveché un montón de tiempo y que tal vez no vuelva. Pero entonces eso me anima "¡Carajo! Tengo que volver a hacer todo lo que me falta".

Lo más difícil de todo ha sido contarles a los que quiero. Nunca encuentro la situación indicada para contarles, pero siempre encuentro el momento. Sí, ha sido difícil. Siento como si me despidiera, y no me quiero despedir, no de esa manera, no en esa situación. Me cuesta, me duele.

Pero después de todo me tengo que despedir. Tengo que reunir fuerzas y decir adiós "Poder decir adiós es crecer..." Diría Cerati. Después de todo, con cada Adiós me llevo un pedacito del corazón de alguien y eso es lindo. Estoy pensando que lo intangible, lo que no va en la maleta, es lo que más pesa. Espero que el avión no se caiga por sobrepeso...

"Del mismo dolor vendrá un un nuevo amanecer"

11/11/11

No esperaba mucho del 11/11/11. Leía por ahí, la euforia pública, que me fue indiferente. Pero la vida puede sorprenderte el día menos esperado. Espero que haya sido un día especial para todos los que se emocionaron, como para mí que no le presté mucha atención. Era viernes, un día de cosas especiales per se, amigos que no veía hace mucho, fútbol con goles a los 11 minutos y faltando 11 para que se acabara, música y señales del universo, verte a las 11 y 11 andando por ahí.

Ibas entre la gente, jamás uno más del montón, no, con tu brillo especial, ese de siempre, caminando apresurado en una ciudad donde no es muy probable encontrarse si no es acordado, o si no es un evento donde va gente muy parecida a nosotros. Yo observaba desde la ventana del carro un tanto sorprendida por la coincidencia. Y ahí tomé fuerzas que había guardado por semanas,las que a veces se me iban, y otras veces me acompañaban con fuerza. Llegué a casa y empecé a corregir la carta que había planeado darte una semana después. Pero era 11/11/11. Tal coincidencia, tenía, tenía que escribirte. Y lo hice.

No busco que me quieras de un día para otro. Es más, ni siquiera busco una respuesta tuya. Mi intención con escribirte es para que sepas todo lo que pienso, que notaras que en realidad no me pierdo en tu mirada cuando nos vemos, que en realidad es en ella donde me encuentro mí misma. Y que si no busco respuesta, tampoco segunda intención. Que si te escribo un par de semanas antes de irme, es por eso mismo y ya. Como cuando das un beso sutil en la mejilla de ese que habla Neruda, junto al suspiro, junto al te extraño sin mal interpretaciones, sin juicios y sin rodeos.

Y bien, ahora empaco maletas y me marcho. Tan metafóricamente como literal pueda ser eso. Me marcho, me alejo. Me hago a un lado hasta que me pidas que sea a un lado tuyo. Y como puede que no pase, también lo haré literal. Pero si algo te aseguro es que no me arrepiento de nada de lo que dije ahí, de no quedarme con el "what if..." y actuar. Dice un amigo por ahí "Es más pecado no arriesgar..."


Y tenía tanto por decir... Ahora hasta eso me falta. Se me acabó la inspiración. Se me acabaron las ganas de escribir. Hasta que vuelvan.