Tratado de autolímites



Y qué si quiero un límite...
Un  a-u-to-l-í-m-i-t-e.
Mira, todo es así:
Mi cabeza se limita y se deslimita 
Ocho
Mil 
Quinientas
Cuarenta y cuatro
Veces
Porque por un lado se aprisiona, la muy temerosa,
Por el otro no le importa.
Entonces de vez en cuando,

Muy de vez en cuando...
Hay que ponerse límites.
Los límites correctos.
Hay que decirse a sí mismo:
Sí mismo,
Soy esto. Hago esto.
Quiero ser aquello. Quiero hacer aquello.
Armar un plan.
Ponerse límites.
Que al final no son límites si no son orden.
Dentro de todo el caos, la cabeza merece tener cierta organización de vez en cuando.
Y cuando le dices a la cabeza como son las cosas...
Cuando encuentras paz, en ese orden...
Cuando te recuerdas a ti...
Lo
Que
Eres

Entonces la dejas volar...
Porque...
Porque...
Porque...
Los límites son solo temporales.
Y, por supuesto, no son malos
Son importantes.
Eso depende del límite...


La imagen no es mía, y no me acuerdo de dónde la saqué. :)