Amor

A veces no lo puedo creer. Pero en contra de mis convicciones, de mis creencias e incluso de mí misma y de lo que opinen los demás hoy lo puedo asegurar. Esto es amor. Amor con mayúsculas: AMOR, amor loco, esa felicidad absoluta, ese que desplaza a todos los demás, por guapos que sean. Amor infinito. Amor ilimitado. Amor planetario. Amor, amor, amor. Tres veces amor. Quisiera repetir esa palabra mil veces, escribirlas sobre el papel y garabatear su nombre, dibujar corazones en papel y sonrisas en mi cara pese a que, a fin de cuentas, a penas sé nada de él.

¿Dónde estoy cuando estoy contigo?

Otro día contigo, sin ti. Esos momentos en los que me siento tan fuera de mí, y no me encuentro ¿Dónde estaré? ¿Por qué me pierdo?. Y es que "busco me busco y no me encuentro"¿Tal vez en tu mirada? Esa mirada tan poco disimulada que me regalas cada vez que nos vemos. Esa mirada en arameo y a mí que no me sale otra cosa que sonreír. Ja, mirada en arameo ¿Qué es lo que me quieres decir? ¿Me traduces? Y yo me pierdo. Son tan eternos esos segundos donde nuestras miradas se unen en un abrazo, tan inocente, tan efímero. Una y otra vez, una y otra vez. ¿Dónde estoy cuando estoy contigo? Cuando estoy contigo, cuando estoy sin ti.

Y al final me quedan todas esas preguntas. Y al final me toca inventarme las respuestas.

And I'll find a way to see you again...

"I'm alive when you're here with me, here with me, stay..."

Hace poco uno de los médicos que tiene mi vida en sus manos me dijo que ver a la persona que a uno le gusta puede ayudar a la aceleración de cualquier proceso post-quirúrgico. Lo conocí hace poco y en medio de una conversación algo incómoda, de esas que aman hacer los médicos, me dio ese dato. Un argentino de un poco más de cincuenta y cinco años, "su pelo ya pintaba algunas canas", cara de abuelito tierno.


-"Anita ¿Qué opina tu novio?" 
-"No doctor, no tengo novio" *Pone cara de digna forever alone*
-"Pero debes tener un chico que te gusta ¿O me equivoco?"
-*Pone cara de sí* No doctor, tampoco."
-"No te creeeeo, che, mirá, te voy a explicar. En estos procesos donde la mente trabaja en conjunto con el cuerpo para que te podás mejorar más fácilmente, hay unos factores que pueden ayudarte a que esto sea menos tedioso y traumatizante para vos. Por ejemplo, que veas al chico que te gusta algunos días antes de la cirugía, puede ser de gran ayuda en este proceso"
-*Sigue en su posición de no, con cara de sí* Pues eso está como difícil doctor ¿No es suficiente con el apoyo de mi familia y amigos?
-*Se ríe* ¡Por supuesto! Pero un estímulo adicional no está de más...


Y bueno. Empecé a sacar conclusiones después de un tiempo de auto-estudio posterior, que aclaré con esta conversación con el Doctor. Por ejemplo al día siguiente de verlo mucha gente me dijo que me veía más radiante y linda. Amé como tenía el cabello. Mi estado de ánimo mejoró y juro que no tuve necesidad de pensar en él todo el día, casi que me lo prohibí (en serio...)
Así que aprovecharé los momentos en que pueda verlo. Eso le abona a la cirugía y de paso me veré más linda :)


"And I'll find a way to see you again"

Te odio



- Te odio.
-¿A mí?
-Si, ¡te odio, te odio, te odio, te odio!
-Pero, ¿por qué? ¿he hecho algo?
-¿Qué si has hecho algo? Para empezar, tienes esa sonrisa que hace que ponga cara de estúpida, me miras con esos ojitos que hacen que tenga que sonreír aunque no quiera. Tienes esa mirada, esa mirada que se me centra en la mente y me vuelve completamente loco. Esa voz dulce con la que es inevitable arrullar todos mis sueños y anhelos. ¿Y sigues teniendo el valor de decirme que que has hecho? Has hecho que seas la persona por lo que lo dejaría todo en un instante, has hecho que no piense en otra cosa, has hecho que imagine mundos e historias contigo y has hecho que cuando te vea solo quiera quedarme contigo. Has hecho de mí una completa idiota. Por eso te odio.


Pero ya no había nada

Después de que te fuiste solía soltarte unos discursos muy largos. Solía hablarte a todas horas, aunque estuviera sola. Durante unos meses estuve hablándote. Ahora no sé qué decir. Era muy fácil cuando sólo te imaginaba, incluso imaginaba que me contestabas. Teníamos largas conversaciones. Los dos. Era casi como si estuvieras allí.


Podía oírte, verte, olerte. Podía oír tu voz.


A veces, tu voz me despertaba. Me despertaba en medio de la noche como si estuvieras en la habitación conmigo. Después, eso se desvaneció. Ya no pude imaginarte nunca más. Intenté hablar contigo en alto como solía hacerlo, pero no había nada.


No podía ya oírte.




¿Juegas?


Un encuentro. Uno planeado. ¿Para qué más coincidencias? Bastan con las señales casuales que me topo por ahí, las que tengo que ignorar. Esto era planeado, y no por nosotros sino por las circunstancias. ¿Otra señal del destino? Quién sabe. Yo sigo negada a creer en destino hasta que éste me pruebe que es para unirnos y no para jugar con lo que pueda llegar a sentir "El destino se lució y una broma me gastó..." Dicen por ahí. Por ahora trato de disfrutar dichas circunstancias. Ah, no quisiera volver a caer en el jueguito bobo que ya he jugado. En el que he perdido. Me niego a volver a él. Me niego, pero tengo todas las fichas en posición. Me niego pero quiero jugarlo. Lo hago de forma inocente. Como un juego de niños, esperando a ver qué fichas se mueven porque en esto jugamos los dos.



"A veces me dan ganas de darte un te extraño, un suspiro y un beso inocente en la mejilla, sin mal interpretaciones, sin prejuicios, sin rodeos, a veces." -Pablo Neruda

Entonces le preguntaron sobre ella, que por qué la ama, a lo 
que se apresuró en contestar:

-Paranoia, locura y letras...
Amo su estrés cuando ama, porque ella ama de más...
Psicópata por él, sí, él que la tiene escribiendo tan hermosamente...

Shakespeare



Shakespeare dijo que la vida era un escenario.
Ahí, estamos nosotros; Tercer Acto, Escena I; con nuestro ser o no ser. Imitando a Hamlet, creyéndonos que nuestra relación en problemas supera a la de un Reino de corrupción. Nunca vamos a ser, ¿O es que siempre lo seremos? ; Hamlet no lo fue, o tal vez sí lo fue, y nunca entendí la obra. Siempre pensé que Shakespeare era sobrestimado. Difícil de comprender y de analizar; cual era el punto de entender a personajes tan complejos y encima descifrar la metáfora eterna de sus versos.
Ahora entiendo
Esos somos nosotros. Los eternos complicados. Los que entienden a los demás; pero nunca a sí mismos.
Los que viven entre metáforas para disfrazar su realidad.

Shakespeare dijo que la vida era un escenario.
Ahí, estamos nosotros, otra vez; Primer Acto, Escena V; con nuestra fatalidad, condenados por las estrellas a nunca estar juntos, “a pair of star-crossed lovers”, hell thats what we are! Y nunca lo estaremos y nunca lo vamos a ser. Porque el Destino está en nuestra contra. Como para Romeo y Julieta. Tal vez nosotros no tengamos su trágico final, no moriremos en las piernas del otro jurando amor eterno. No. A nosotros las estrellas nos castigaron de peor manera. Ellos, murieron por su amor, para unirse en otra realidad. Nosotros, que por nuestro amor viviremos para separarnos más y más en esta misma vida.

Shakespeare dijo que la vida era un escenario.
Ahí estamos, nosotros; Segundo Acto; Escena V de nuestras vidas. Yo cansada de esperar y tú, cansado de callar. Y yo ya no te espero y tú ya olvidaste lo que callabas.

Hoy creo que el único defecto que tienen estos cuentos, estas historias, estas obras maestras de la literatura es que al fin y al cabo, la ficción no es más que ficción, por más realidad que tenga. Porque Romeo y Julieta nunca existieron y Hamlet nunca vio al espectro de su padre.
Porque yo estoy cansada de esperar y tú estas cansado de callar.

Pero aun así te espero
Y tú, aun así, te callas

Y no pregunto más, ni protesto ni me arranco alma.
Te invento.
Memorizo cada detalle, cada rincón, no de tu rostro, o tu cuerpo.
No.
Es el vacío. Tan parecido, tan real, como un molde, un monumento.
Por eso estás. Estás. Y no.