Se subestiman realidades. Barato, barato. Se pierde hasta la fe y uno camina. Como por inercia. Avanzas. Nadie es lo que parece. Nada vale. Avanzas. En un momento empieza a derramarse el cielo a plena marcha, como si se hubiese dado cuenta del preciso instante en que tu pie derecho hace la intersección sobre la mitad del puente peatonal. Gotitas congeladas (l-i-t-e-r-a-l-m-e-n-t-e) se ensañan contra ti como recordándote que estás así porque lo mereces. Hay que avanzar. Un poco de agua es nada, para lo que se ha vivido hasta aquel empapado viernes. Dónde le caben tantas desilusiones a metro sesenta. 40 de esos 45 kilos deben ser nubes. Ay. Avanzas como a quien no le importa. Y esperas. Llueve, llueve, esperas. Vas tarde. Llueve. Esperas. En otro momento una sonrisa también mojada, se esboza hacia ti. Hola, vas para la universidad. Sí y voy tarde. Si quieres te llevo bajo mi sombrilla. No, qué vergüenza. No, no te preocupes, vamos. Bueno, gracias...  Y avanzas. Y no es tan malo, de pronto. O puede ser muy malo, pero qué importa; un amable extraño ha compartido su pequeña sombrilla con una emparamada incauta. Sin mayores pretensiones. Existe gente así. O era una alucinación con sombrilla. Se puede avanzar. O era real y a lo mejor le pareciste linda, o muy desdichada en la vida. Es lo de menos. Avanzas. Se subestiman realidades. Barato, barato.


Imagen tomada de aquí.

"Deje la bobada"



Solo quería decir que hoy decidí pedir ayuda. Sí. En vez de huir y esconderme; y luego hacer como si nada, hoy amenacé a mi conciencia con pedir ayuda y lo hice. Me acerqué a alguien, sin saber exactamente que decir (y eso que ensayo mis discursos, porque quién sabe con qué balbuceo les salga). No es tan malo dejar el orgullo cuando realmente se necesita. ¿Y saben qué?  me dijeron que dejara la bobada. Y se sintió extremadamente bien.

Pedir ayuda no es algo que se me facilite. Es que para qué pedir ayuda si nadie entiende. Entonces me habitué. Me habitué a flagelarme emocionalmente porque otros lo hacían. Qué putas hago yo dándole la razón a otros. Pero no más. Estúpida costumbre de creer que porque una vez me sucedió estoy condenada a la absoluta polarización de lo que me ocurre. Aún no sé exactamente cómo identificar las situaciones que se asemejan, pero distan por las circunstancias, pero I'm on my way.

Así que eso. Hoy pedí ayuda. Y no se sintió mal.