Y no pregunto más, ni protesto ni me arranco alma.
Te invento.
Memorizo cada detalle, cada rincón, no de tu rostro, o tu cuerpo.
No.
Es el vacío. Tan parecido, tan real, como un molde, un monumento.
Por eso estás. Estás. Y no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario