Y no lo comprendo...


A veces no me inspiras. A veces no quiero que me inspires, y entonces ya no te quiero y no me gustas. A veces mi entorno me envuelve más de lo que tú me pudieras sacar de él. A veces te olvido, o más bien te recuerdo, pero como a otro ser más en el mundo y entonces no me inspiras. Y te veo a lo lejos, a veces te contemplo, como si esperara que me inspires, pero no pasa nada, no saco ni una palabra de ti que no lo sabes, que no lo entiendes, que nunca lo sabrás, que nunca lo entenderías. A veces te odio por no inspirarme, te odio porque cuando el alma se alimenta de palabras, muere de hambre por falta de inspiración. A veces no me importa. A veces no me inspiras pero me inspira que no me inspires.

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