Se dice de mí...




En mis veintes, a punto de terminar la universidad, con sueños, metas, ideas e ideales. Blanca, bajita, delgada. Con problemas de atención, de salud. Como todo el mundo. Soy tan del promedio, que si no fuese por mis alborotados cabellos de colores, pasaría totalmente desapercibida. O al menos eso creía yo, hasta que ayer, las confesiones reprimidas de un pequeño ángel guardian me depararían con asombro, un dolor exagerado y una verdad escondida que me reafirmo que soy tan del común como lo había sospechado.

A is for Annie.
Al principio lo sentí feo, feísimo. Puñalada por la espalda. No es fácil enterarse que, por bastante tiempo, has sido la comidilla del mundo. Mucho menos cuando es de gente que no esperabas, o bueno, que en parte sospechabas, solo que eres bastante ingenuo para dar el beneficio de la duda a cualquiera que porque yo qué voy a ser tan importante para ellos, que porque ¿yo? ¿en serio? ¡No! La gente tiene una vida y debe ser maravillosa. Y pues no. Y justo encontraron la de este ser infortunado. No lo pueden ver a uno un poquito feliz.

Y no soy solo un poquito feliz, soy muy feliz. El pasado año ha sido de los más difíciles y de los que
mejor ha sabido enseñarme. Y me encanta aprender. Creo que soy mejor persona, al menos conmigo gracias a tantas circunstancias ocurridas. Y lo corroboré cuando otro angelito me hizo saber que era afortunada por tanto. Hasta porque la gente hable de mí. Es que como dicen por ahí "si la gente habla es porque estás haciendo algo bien".

Todo esto me ha recordado un poco a la película Easy A. Es que ¿cómo reaccionar? ¿Les doy la razón para que me odien más y me juzguen más? En esta historia, Olive se divierte haciéndoles creer que realmente es como la juzgan, al fin y al cabo ella no está haciendo nada de lo que dicen. Sin embargo no he de reaccionar como Olive porque no tengo tiempo. La reflexión de hoy se lleva mi atención. Lo demás serán glorias.

Me encanta el humor de esta película. Siento
mucho no poder hacer más analogías en este
escrito con la misma.
Entonces sonrío. Hoy desperté pensando en que la única enseñanza que todo esto me trae es, poder ser mejor, y mejor, y mejor. Ponerme retos de todos los tamaños, seguir el papeleo protocolario correspondiente, demostrarme a mí misma que puedo hacer grandes cosas y sonreír (sonreír y sonreír) porque pasa que la gente pasa, uno se olvida de ellos (así ellos no) y entonces se quedan las grandes personas en la vida que yo afortunadamente sigo teniendo.

A ellos, no tengo nada importante qué decirles. Clichés como no tengo nada en su contra, gracias por hacerme notar que tengo razones para sentirme bien conmigo misma (Tu EmBiDiA AliMenTa Mi HeGo o como sea), que soy consciente que no he sido la mejor persona pero que la gente como ustedes me inspira a mejorar. Que, incluso, muchas cosas ahora me hacen mejor que a ustedes (¡Ni yo lo hubiera pensado! Tan sobreestimados los tenía). Que qué buenos amigos, dude! y que, además, en el fondo de mi corazón, les deseo lo mejor. Muchos de ustedes tan talentosos. Lástima que se sientan tan poca cosa para difamar de la vida de alguien más cada vez que se reúnen (es lo más cercano que he tenido a un club de fans, además porque convocan a más gente a unírseles) y que si quieren, hablen. Hablen lo que quieran si eso los hace dichosos. La guerrillita que armaron en mi contra ojalá les sea útil (guerrillita sin exagerar. Medio terroristas orales me salieron, según lo que me contaron mis confiables fuentes). Y por último, ojalá alguno de ustedes o cualquier otra persona a la que no le agrade este pequeño ser se encontrara con este escrito y me dijera la verdad en la cara. Yo no les voy a cascar, no me voy a vengar, nada. Qué flojera, man, en serio. Pero me encantaría que lo hicieran. Desahóguense de esa ira, queridos, que están muy grandesitos para ser tan rencorosos.

Bastante del común soy. Tan del común que tengo gente hablando a mis espaldas porque sé que ¡esas cosas pasan! solo que, para lograrlo hay que tener un talento especial. Hay algunos ositos de chocolate que pasan inadvertidos por tiernos pero pues imagino que ni tan moneditas de oro son. Sé que por mi parte, el trabajo duro me traerá recompensas, que soy querida, que quiero. Que si me dolió todo en un comienzo es porque yo quiero a la gente de forma sincera, pero de esa misma forma los deshecho de mis afectos. Que no me pondré una A en el pecho, porque oh, boy ain't nobody got time fo' that. Que si lo escribo es porque me parece importante recordarme a mí misma que hay que mejorar, no para que no hablen, sino para que hablen más. Al fin y al cabo me esperan grandes cosas, James Blunt lo predijo:


Annie, would it be nice to be recognised?



Posdata: 





Imágenes tomadas de IMDb, Tumblr y Pinterest.

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