You're my sun and you're gonna shine


Algo tiene que salir mal. A veces las frustraciones pesan y las tristezas se derriten desde tus ojos bajando a tus mejillas. Sabes que no durará mucho, así que te resignas a condenarte un rato, desahogarte, asumirlo y seguir adelante. Pero mientras tanto duele...

De pronto salí esa noche. La sonrisa del Gato De Cheshire me saluda en forma de luna y yo le devuelvo la sonrisa fingida que quiere ser real. Prendo el iPod y como una corriente de aire chocolatoso con sabor a usted me choca los oídos mientras camino por entre las colinas con sabor a usted. Todo sabe a usted. Todo huele a usted. Todo se siente como usted. Todo es tan sinestésicamente usted.

Y es cierto que uno puede perderse en una sonrisa y no volver jamás. Yo lo comprobé. Y no quiero volver. Jamás. Me quedaré en su sonrisa, me pasearé por su mirada, visitaré su voz. Soy habitante de su presencia. Y el aire chocolatoso se vuelve huracán chocolatoso, y de pronto todo mejora. Mis sentidos se expanden con esa sinestesia que no he sentido con nadie más y le pido perdón a su recuerdo por haberlo mezclado con todas las frustraciones. Y a usted gracias por voltearme el mundo con solo verme, tan consciente de tal irreverencia, tan inconsciente de su efecto. Irradia en mí más que la sonrisa del Gato de Cheshire en forma de luna. Cause you're my sun.

Y cuando la batalla de mis frustraciones es ganada por todo lo que implica usted, por toda esa sinestesia que me produce me doy cuenta que se puede sobrevivir. No solo de lo que me pone triste, sino de lo que no me da, de lo que quiero y no me da. A punta de no mucho. A punta de imaginar, de sentarse con tu silueta inventada, de mostrarle las estrellas, de escuchar música los dos, de contarte historias, de aprender de ti. De que brilles para mí. Igual eso es lo que pido, no mucho.

Sonriéndome Cheshire en la noche del 24 de Mayo de 2012

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