¿Suerte?


About him
Steven es un chico australiano con el que la vida me cruzó hace poco. Llegó a Colombia en un intercambio para aprender un poco español y conocer Bogotá, junto con otros 3 australianos. La primera vez que lo vi estábamos en la fiesta de unos amigos. Yo, muy complacida de tener semejantes huéspedes de honor empecé a entablar una conversación con ellos, preguntándoles cosas de tan maravilloso país de origen. Luego de un rato, de forma tímida empezó a hablarme siendo un poco más cercano. Después amena charla me invitó a salir, y yo, como quien no quiere la cosa (literal) acepté. Y digo literal porque no conocía las intenciones del australiano para querer salir a solas conmigo. Si era en plan amigos está bien. Si era para algo más... la cosa es que, si era para algo más, yo me había prometido a mí misma no salir con nadie este año. Pero ya qué. Un tipo así no me invita a salir todos los días.


Salimos por dos semanas en las que, de no ser por él, habrían sido de esos días para mandar al olvido. Empecemos porque estuve hospitalizada un día. Nos habíamos visto poco en aquella ocasión, pero hizo de enfermero cuidándome como si me conociera de toda la vida. Me llevó a cine, a pasear, a comer, a beber, a vivir. Yo lo llevé de tour, por el centro, por Usaquén, por aquí, por allá. Me regaló chocolates y sonrisas. Yo le regalé sonrisas y le compartí de mis chocolates.


A su vez, me acompañó en mi eterna racha de mala suerte. Mi mal de ojo, o no sé. Viernes: inhalé gases lacrimógenos con la toma a TransMilenio. No pudimos salir ese día. Sábado: el accidente de tránsito que viví cuando iba para la casa de una amiga. Se alegró de que estuviera viva. Yo también. Domingo: El accidente doméstico donde mi rodilla izquierda pagó por mis torpezas, aterrizando en un ganchito de grapadora. El lunes que nos vimos, se tuvo que aguantar mis quejas. Es que no entiendo cómo puede haber tanta mala suerte comprimida en un ser humano tan pequeño como yo, porque estos episodios han sido solo la pequeña muestra de lo que he estado viviendo desde el año pasado, el antepasado y desde hace 19 años. Es que me pongo a pensar y por todo lado hay algo malo siempre. De malas en el amor y de malas en el juego. Es más, si alguien que lee este post está triste por algo debería ponerse a hablar conmigo que tengo un par de anécdotas que podrían animarlo. Ah, pero la sonrisa de la cara no me la quita nadie. Aún así tengo derecho a quejarme. Pobre Steven, me quejé hasta porque se me había perdido la sombrilla. Pero bueno, ahí estaba él como soporte. (Y mis amigos. Gracias a todos quienes tienen que soportar mis infortunios diarios).


Creo que soy la persona más positiva del mundo porque aquí voy. Con una sonrisa. Siempre digo que todo lo malo que me pasa es porque me va a pasar algo muy bueno. O porque haré algo muy malo y el karma me las está cobrando por adelantado. O porque puedo hacer algo muy malo, para estar a mano con el karma. O porque estoy haciendo algo muy malo de lo que no me he dado cuenta. Repito. En realidad no entiendo cómo puede caber tanta mala suerte, en este pequeño ser.


Justo estoy leyendo un libro que me regaló mi papá en diciembre. El Libro de Los Abrazos del escritor Uruguayo Eduardo Galeano, cuyo fragmento La Mala Racha dice: "Mientras dura la mala racha, pierdo todo. Se me caen las cosas de los bolsillos y de la memoria: pierdo llaves, lapiceras, dinero, documentos, nombres, caras, palabras. Yo no sé si será gualicho de alguien que me quiere mal y me piensa peor, o pura casualidad, pero a veces el bajón demora en irse y yo ando de pérdida en pérdida, pierdo lo que no encuentro, no encuentro lo que busco, y siento mucho miedo de que se me caiga la vida en alguna distracción." Que leí de casualidad justo en medio de la mala racha mía. Otra coincidencia de esas irónicas de la vida, que a veces sospecho que se burla de mí con tantos sucesos combinados con otros. Estúpidas coincidencias. Leyendo a Edu me alegra al menos no estar tan sola,  aunque si él supiera el tiempo que he convivido con mi mala suerte, La Mala Racha no sería fragmento de un libro, sino habría sido uno completo. Como un libro de instrucciones y prevenciones. O un anecdotario. En fin, en síntesis, el fragmento resume perfectamente lo que me sucede.


Puede que mi suerte estaba canalizada en mi australiano. Me gané el cielo con él. Siempre me decía "You're the prettiest girl I've seen here in Colombia" y yo me derretía como helado en playas de Sidney. Algunas cosas lo hacían tan especial, que, a decir verdad, creo que nunca nadie me había tratado de esa forma. Si tuve que pagar algo para que alguien me tratara de forma tan linda, aunque me parezca injusto, creo que lo valió. Así que le agradezco a la vida que me haya puesto, así sea por unos instantes, una persona así en el camino.


Mi anillo de compromiso.
Y como todo cuento de hadas, el mío tuvo su fin. Hoy mi chico australiano se fue y yo tengo que volar ver a mi realidad. Seguiré cargando a cuestas mi mala racha, esperando a que llegue el día de mi suerte que prometía el profeta Hector Lavoe. Positivamente yo también sé que antes de mi muerte seguro que mi suerte cambiará. O bueno, al menos sé que no seré la tía solterona nunca, porque esa es la otra. En forma de broma, me pidió matrimonio. Si el amor de mi vida no está en Colombia, no pierdo la fe en algún extrangero que quiera rescatar a esta princesa de mi hermoso hueco. Y bueno, con Steven no estaría muy lejos. Me dijo que volvería por mí. Y como mujer comprometida, lo esperaré aquí.



Que Lavoe me perdone, pero me gusta mucho la versión de Búnbury de El Día de Mi Suerte.

2 comentarios:

  1. La mala racha me encontró, llevo desde comienzos del año con error tras error, perdidas y ninguna solución. Excelente fragmento del libro de Eduardo Galeano, me identifico en su totalidad.
    Saludos y espero hayan mejorado tus circunstancias.

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    1. Hola Luis Adán. ¿Qué te puedo contar? Todo esto quedó en el pasado. Me siento aliviada y feliz. Fue un momento de desdicha, pero lo que vivo ahora vale la pena cada sufrimiento. Galeano es el mejor. Espero que todo en tu vida mejore, gracias por tu comentario.

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