Soledad... más de 100 años.



Siempre he dicho que uno siempre está solo, pero a veces está más solo. El hecho de estar rodeado de personas es ese apoyo para poder llevar eso que implica cargar a cuestas con lo que es ser uno mismo. Suena un poco deprimente, pero tengo argumentos un más profundos, que trataré de explicar. "El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad." Dice Gabriel García Márquez en el libro cumbre de su carrera, Cien Años De Soledad. Estoy de acuerdo con Gabo, pero yo diría que ése es el secreto de una buena vida. Justo ayer cumplían años ambos, el libro 45 y su escritor 85; y yo, con mi personalidad semiótica y simbólica, les celebré de pensamiento. Comiendo un McFlurry de Oreo, porque sí, Oreo también cumplía años. 100, para ser más exactos. Y estoy segura que no han sido tan de soledad.

He leído Cien Años De Soledad 2 veces y debo decir que, por más complejo que sea, es un libro que ha hecho que ame más este mundo de las palabras. Ayer que fue su cumpleaños -mientras comía mi McFlurry de Oreo, claro- recordaba con cariño eso, de que, a pesar de que me maté la cabeza las dos veces, puedo sacar muchos elementos de cada episodio fantástico que protagoniza una familia que padece el mal de la soledad, el tema principal de toda la historia. Y no solo a nivel intelectual y narrativo sino como enseñanza para mi propia vida.



Cada miembro de la familia Buendía tiene una sucesiva existencia marcada por un solo destino. Y es que, su incapacidad de amar de forma correcta o sus propios prejuicios, hacen que termine cada uno acompañados de su propia soledad. Y bueno, como ya resalté antes, es algo que no está solo en la fantasía de Gabo.




Pienso que la soledad tiene muchas vertientes que se pueden explicar de diferentes formas. Varias de estas formas, claro desde el punto de vista personal, pues cada quien, con las propias experiencias puede ver la soledad en sus diferentes estados desde otras perspectiva. Personalmente planteé ya mi punto, y junto a Cien Años de Soledad, puedo verificar eso. Uno siempre está solo, pero a veces está más solo. El secreto de una buena vida está en, como decía Gabo, un pacto honrado con la soledad. Me gusta eso de pacto honrado, los no muy honrados terminan convirtiéndose en karma.





Y lo digo porque en nuestra lucha diaria, uno aprende a relacionarse con la propia soledad. A veces se olvida y a veces se ignora. A veces se acentúa más cuando se está inevitablemente rodeado de gente, de esa que hacen que uno se sienta más solo. A algunos nos tocó aprenderlo desde siempre. A otros les habrá costado un poco más. A veces resulta difícil llevarlo, otras, se disfruta. Pero siempre se vive con ello.
A pesar de todo, es algo de naturaleza humana. En algún momento nos enfrentaremos a la soledad, a ser compañía de sí mismo. Nunca un cuerpo tiene dos almas, porque pensándolo bien, de tenerlas sería un poco molesto. La soledad no es ni buena ni mala, se vive de ella, se aprende de ella, se convive con ella. Y claro, se escribe para ella también.


"La interpretación de nuestra realidad a través de los patrones, no los nuestros, sólo sirve para hacernos cada vez más desconocidos, cada vez menos libres, cada vez más solitarios." - Gabriel García Márquez

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