Trasteo emocional



Cambios, cambios, cambios. Si de algo he hablado en este blog es de cambios. Y es que este pobre espacio virtual nació años atrás con una manía muy propia de cambiarlo todo, de reorganizarlo, prácticamente como una necesidad adquirida y así poder expresarme, entonces, envuelta en palabras. Ahora, veo cómo mi vida sigue cambiando de una manera abrupta pero voluntaria. Y sigo queriendo dejar por escrito todo este sentimiento de cambio.

También me he organizado. Pongo canciones tristes para sentirme mejor. Todo se trata de desechar lo que ya no me sirve. Se trata de reafirmar mi lugar y si no he de serle útil a quienes me rodean, si no he de ser si no estorbo entonces partir con un poco de dignidad. Flotando entre rechazos del mismo dolor vendrá un nuevo amanecer. Aunque, he de confesar que  la sensación de libertad es grande ¡Es el hecho de poder elegir! Y elijo el adiós.

Hoy empecé por ejemplo con una limpieza virtual. Así sea un temporal adiós, he decidido darme un descanso de esos perfiles sonrientes, de colores y con palabras. Adiós a los disgustos y sonrisas ahí creadas. Por ende, adiós a varias personas que se quedarán atrás con la barrera de una pantalla. Adiós a quienes siguieron, leyeron y comentaron todo lo que mi mente daba a luz en aquellos espacios ambiguos. También es un ritual de disculpa en silencio con quien pude ofender incluso si esta disculpa no llega a saberse nunca. Solo un perdón lejano.

Las redes virtuales son muy útiles cuando la finalidad es trascender la vida real a un espacio que la complemente. Pero mientras la tranquilidad es transgredida por tales insignificantes espacios, se pueden tomar medidas. Por eso los considero insignificantes, porque un día le das la opción de eliminar y es como si todo lo que eres, para ti y para los demás, muriera en cuestión de un momento. Como un suicidio virtual, del cuál puedes resucitar (la magia del internet). El problema es cuando esas vidas virtuales pretenden remplazar la interacción real. De qué nos perdemos. Tal vez colmaban la necesidad pero hay espacios que no se pueden llenar. Y esos espacios pertenecen a una vida que hay que vivirla con quienes te quieren más allá de un perfil en un sitio.

Por eso he decido intervenir en hacer cambios. Urgentes y necesarios cambios. Paso a paso, sin arrancarme de un solo jalón, pero volviéndome invisible poco a poco. Era necesaria una limpieza de vida, de gente, de temas. Como la limpieza de fin de año, solo que a mitad. Como la reevaluación a final de un ciclo solo que sin final aún. Y con la mente positiva de que el adiós será la mejor decisión, eventualmente.

Poder decir adiós, es crecer...

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