Mira, no te pido mucho. Como suelo hacerlo, vivo a punta de migajas, de recuerdos y de historias inventadas. A punta de no mucho. Y hace mucho que no te pido nada, así que hoy solo te pediré que me dejes sostenerte la mirada un poco más. Que me permitas hablarte con los ojos, decirte todo lo que en palabras no he logrado definir; que me veas solo a mí, así sea de forma distante y lejana, que dejes un poco más de tiempo la puerta a tu mundo perdido y hermoso, ese instante de melodía azul, de felicidad en clave de sol. Sé que por razones técnicas no puedes regalarme más de unos cuantos segundos de tu mirada, que guardo y magnifico en mi memoria como si de estos dependiera la rotación de la tierra, el paso de las cuatro estaciones, que mañana amanezca y que deje de llover en mi corazón… Entonces esos segundos, momentos que son más míos que de nadie, los atrapo en el aire y los guardo en una cajita en donde también tengo guardados los demás recuerdos de ti, los que uso para sonreír, para seguir, para escribir…

No hay comentarios:

Publicar un comentario