My heart is laughting back at me


Al fin se acabó enero. Un mes que trajo a mi vida decisiones, angustias, alegrías, sorpresas, lágrimas, risas, viejos tiempos, brisa, sol… Un mes muy largo. Un mes que se pensiona, para que en su reemplazo llegue un tal febrero. Febrero, para el calendario gregoriano mundial, el mes más corto de todo el año. Para Colombia, es un mes que pasa casi desapercibido, y no solo por corto; por tradición, es un mes en el que no ocurre nada especial. Para mí, será el mes de las consecuencias, buenas o malas de todas las decisiones que tomé en enero (Menos mal estaba sobria). Para el resto del mundo, se convierte en según estadísticas la fecha más comercial de todo el año, incluso más que navidad. El amor es el motor del mundo y no se puede esperar menos de la festividad dedicada al motor del mundo. 


Hablemos de Saint Valentine, que aunque acá no se celebre, algunos wanna-be gringos la adoptan cada año como fiesta propia. En donde realmente celebran esta fecha, vemos establecimientos decorados en honor a la fecha, el mercado lleno de infinidad de productos, las parejitas tomadas de la mano, abrazados por la brisa primaveral propia de la fecha. (Casi todo) El mundo gira alrededor del catorce de febrero.

Personalmente soy enemiga de esta fiesta. La razón de mi desprecio es, como ya podrán imaginar, porque la desgraciada me coge desapercibida, estoy soltera cada vez que llega y entonces, cual maldición para mí, tengo que aguantar la miel derramada por cada parejita que me cruzo. Ugh, mucho dulce para una diabética.




Este año no será la excepción. Cupido no se acordó de mí tampoco y entonces, como si fuera destino, me quedaré sola. A veces creo que la soledad está subvalorada. Incluso yo la subvaloro a veces… Para quienes celebran la fecha, feliz Saint valentine. Y para los “Grinch” del día como yo… Recuerden que cuando el amor les deja muchas preguntas, el sexo responde la mayoría ;) Se cuidan, and you know what I mean…

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