Pero...


Se vieron en el bar de siempre. Era tan extraño, estar presentes y estar ausentes, todo al mismo tiempo. Ninguno lo quería dejar ir...

-Hola
-Me tienes aquí ¿Para qué querías que nos vieramos?
-Tú ya sabes que hacemos aquí, mira, yo necesito de ti para poder vivir y lo sabes...

Se vieron a los ojos, ojos en los que hubo magia... Alguna vez la hubo... Pero no, ya nada era igual. Ella no respondió. Un silencio incómodo se apoderó del momento. Lo sabía. Ella sabía que tampoco podía vivir si él. Sin embargo el deseo había muerto. Ya la costumbre de tenerse el uno al otro los atormentaba. Necesitaban verse, era imposible no hacerlo...

-Yo te amo. Pero...


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