Obsesión.




Tengo claro que es una obsesión. Amor no es, falta mucho para eso. Me gusta él, me gusta pensar en él. Mucho diría yo. Tanto, que sí, se ha convertido en una imagen alojada en mi cabeza cual archivo *.jpg que tengo que abrir y ver constantemente. Lo disfruto, pero puedo controlar el volverme loca por este hecho. Y bueno, por eso es que creo que mi caso de obsesión no es tan grave ¿No? Al menos soy consciente de que en realidad no pasa a más de eso. Conozco casos peor que el mío. Sí, de esos sentimientos confusos, en el que, para que dejen de ser confusos, les bautizan con nombres propios. No, tengo que estar consciente de lo que siento. Obsesión, sí.

Me gusta él desde la primera vez que lo vi. Sí lo vi y me gustó mucho lo que vi. En aquella ocasión estaba con sus amigos, quienes tampoco están mal. La situación fue rara, algo incómoda. Un tiempo después lo vi en una situación totalmente diferente. Y fue lindo conmigo y me di cuenta que era mejor de lo que esperaba. Él, todo él. Entonces empezó la obsesión que hoy me hace escribirle. Un poco para ver qué pasa después de esto. Un poco para alojar en alguna parte todo lo que pienso. Un poco porque sí, porque quiero, porque es mi blog.

He tenido que verlo algunas de veces y a lo mejor tendré que verlo algunas más. Nuestros trabajos son muy cercanos. Cuando mi cabeza lo proyecta y cual obsesionada, quisiera tener que verlo muchas más veces. Pero me conformo con las oportunidades que tengo, algunas que ni tomo. No, qué pensará, no. No es mi intención sofocarlo. Suficiente tiene con que me siga en Twitter (Lo cual puede ser o muy bueno o muy malo...) Quién sabe qué quiera la vida con nosotros, a lo mejor sea otro pasajero en este taxi y que el destino haga que se baje donde se tenga que bajar. Sí, de esas veces que lo he visto, he querido acercarme, no sé, hablarle, algo. Pero no, no encuentro la forma de llegar a él. No importa, voy despacio. Sí, despacio.

Por como es, por como luce, por lo que hace, es un hombre muy asediado por las mujeres. No sé si la competencia sea dura, no sé si sea competencia, y si lo es no sé si quiera competir. A veces sí, why not? Bueno, pero claro, si no pues no pasa nada. Además no creo que tenga algo especial sobre las demás ¿O sí? Quien sabe. Porque él tiene todo. Y yo...

Yo. Yo estoy obsesionada con él. No me lo saco de la cabeza y ya. Me gusta volar. Si se queda en un vuelo imposible, por mí no hay problema A veces a los imposibles permanecen más tiempo, a ellos se les guarda más cariño. A veces la obsesión no es ni por él, sino por lo que implica. Por ahora el hecho de ser imposible es lo que implica. Y sí, se ganó un espacio de mi blog entonces. Porque sí, porque quiero, porque es mi blog.

No hay comentarios:

Publicar un comentario