Eres tan especial, es como si te conociera de otra vida. Tan sólo me basta contemplarte para saberlo.
No lo creo, no creo en vidas anteriores. Creo que estamos aquí y ahora, y que tal vez debíamos conocernos para opacar las luces.
¿Opacarlas? no logro entenderte. Suenas tan complejo y me agrada tanto tu complejidad que estaría dispuesta a cortar mi cerebro en rebanadas para lograr entenderte. Me intriga tanto escucharte hablar, aún cuando suenas tan patético.
Tal vez por ser patéticos es por lo que logramos inquietarnos y profundizar miradas, por ser simples ante los ojos de toda esa basura que está ahí fuera pero ser únicos ante los nuestros.

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