Sí, me doy el derecho de ensancharme en el ego. (Pero solo aquí porque es mi espacio.)
Es que es tan simple como diciente, y ve lo que no muchos. El lado femenino de una contraparte masculina. Y es por eso que lo hace especial, sabiendo que a ellos se les dificulta notar pequeños detalles y aún más, expresarlos. Además es exactamente lo que quisiera escuchar.
(Y tal vez, lo que quisiera ser)
Esta de Sabines me gusta porque esboza libertad. Clarísima la tiene.
Es muy probable, como con todo lo platónico, que no merezca si quiera considerar que alguien se sienta así con respecto a mí. Por eso no me atrevo a exponer tales caprichos del ego por ahí, temiendo andar más errónea que lo usual. Eso explicaría un poco porqué a mí sí me encanta escribir a diestra y siniestra sobre la gente y sus detalles y sobre la vida y el sol y las estrellas.
Ya qué, nadie me quita lo soñado.
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